QUIZ RAPTILIANO #32: MARÍA EZQUIAGA

Quiz >  Cuestionario raptiliano para indagar en figuras de la cultura desde una óptica diferente.
Diez preguntas universales sobre el tiempo que habitamos + un puñado de interrogantes extras sobre su campo de acción.
Ilustraciones > Sebastián Sala

María Ezquiaga es cantante, compositora y guitarrista nacida en la Ciudad de Buenos Aires. Desde 2003 hasta 2019 lideró el grupo Rosal, con el que grabó cinco discos de estudio, dos DVDs en vivo y dos EPs titulados.
Editó dos álbumes en colaboración: Entre los dos, junto a Darío Jalfin, y Luz azul, con Sebastián Schon, e hizo la música para el largometraje de ficción Los mentirosos de Alejandro Jovic.
Además, fue parte del proyecto Varias Artistas, de Lucas Martí, y colaboró como cantante y guitarrista en grabaciones y shows con Axel Krygier, Pablo Dacal y Rosario Bléfari.
Actualmente prepara su esperado primer álbum solista.


¿Cuál es tu humor por las mañanas?

Mi humor es cambiante por las mañanas, me despierto con muchos pensamientos. Estoy en un proceso de cambio de estructuras que ya no funcionan, como el mundo.

¿Cuál fue tu primer trabajo? ¿Aprendiste algo valioso?

Mi primer trabajo fue con mi abuelo, después del colegio hacía algunos trámites en su estudio. El era traductor público de portugués y profesor de literatura. Del trabajo en sí no creo haber aprendido mucho, pero mientras no había trabajo me daba para leer dos libros de Borges El Aleph Fervor de Buenos Aires (en sus ediciones originales) que tenía en su oficina y me corregía constantemente las faltas de ortografía y la forma de escribir. Hoy casi no tengo faltas de ortografías y ese fue un acercamiento a ciertas reglas. En esa misma época se me dio por escribir unos ensayos sobre lo que pensaba de la vida, fue lo previo a escribir letras de canciones.

¿Quién es tu héroe/heroína? ¿Por qué?

No tengo héroes, me parece que es un concepto que tiene que ver con la adolescencia, a los 17 años mi referente era Fito Páez, lo era para mí y para muchxs de mi generación. Yo creo que en Argentina hay una voracidad con los ídolos que lleva a que todxs terminen como Gatica.
Me parece que el feminismo viene a traer nueva forma de relacionarnos más par, pienso que todxs tenemos una voz que a veces escuchamos y a veces no, lo que admiramos de esos ídolos, además de su talento, es lo conectadxs que están con esa voz.

¿Qué experiencia fue fundamental para que decidieras dedicarte a la música?

Estudiar música en la EMPA (Escuela de música popular de Avellaneda) La experiencia del tiempo que se le dedica a aprender una música y tocar con otrxs, ubicarse en relación con lxs demás eso me enseñó a dialogar con mis colegas y a entender el tiempo de proceso que requiere que una música suene.

¿En alguna ocasión te sentiste abrumadx por las redes sociales? ¿Por qué?

Siempre. Las redes están hechas para que nos quedemos ahí, es un estímulo muy fuerte. Establecen un continuo que no es saludable.
Por otro lado, son una gran herramienta de comunicación, hay noticias que nos enteramos por las redes antes que, por el diario, por ejemplo, o podemos escuchar lo que hacen y cómo se presentan músicxs en otrxs paises pero se usan demasiado para mostrar la intimidad que además de no ser muy interesante, es un recorte que elige quien publica.

¿Qué te preocupa acerca del futuro inmediato?

Hay una película de Bong Joon Ho, se trata de un tren que atraviesa el mundo congelado, la mayoría de los pasajeros que viajan son ultra pobres y dos o tres son ricos. Me da miedo que vayamos a eso.

¿Qué tipo de placer culposo disfrutás a escondidas?

Comer chocolates o golosinas, creo que no hay día que me proponga dejar de comer golosinas y después no lo hago.

¿Cuán importante es el ocio en tu vida cotidiana? ¿Es imprescindible?

Tengo la cabeza quemada por el capitalismo y la productividad, me impongo el ocio porque en general me da culpa estar sin hacer nada.

¿Cuál es tu límite con el consumo irónico?

La música es mi límite. Creo que si algo te gusta no hay que justificarlo, en todo caso si te cuesta escuchar una música por lo compleja o porque tiene algo nuevo que te incomoda, quizás necesitas más tiempo, porque el gusto se construye, la idea para mi es ampliar, expandir las posibilidades de escucha porque enriquece la vida nomás.

¿En algún momento sentiste paranoia sobre los algoritmos?

Sí, muchas veces bloqueo el micrófono del celular, pero el dispositivo no está hecho para eso, entonces es más difícil usarlo si bloqueas el micrófono o la cámara. Lo que más bronca me da es cuando estoy en casa charlando de algo y luego abro el teléfono y me salen mil propagandas al respecto del tema en cuestión.

 ¿A quién le dejarías tu biblioteca o colección de discos cuando mueras?

Regalé casi todos mis cds cuando me mudé en el 2019 pero conservo mis libros, no es lo mismo leer en un dispositivo.
Mi biblioteca se la dejaría a dos amigxs: Martín Caamaño y a Guadalupe Gaona (lxs dos escriben). Sé que valoran los libros y no los tirarían, aunque muchos de mis libros ya los tienen, con ellos estarían a salvo. 

Por estos días estás preparando tu disco solista luego del camino transitado con Rosal.
¿Cuáles son las principales diferencias al emprender la realización de un álbum en solitario luego de años de trabajar en equipo bajo un proyecto definido?

La principal diferencia es que todas las decisiones recaen sobre mi. En Rosal casi todo se decidía grupalmente. En esta nueva etapa me tomo el tiempo para decidir cada detalle. Quiero ir paso a paso, no apurarme porque gracias a cada decisión siguen las ganas de tocar.
A nivel musical tuve un gran compañero de equipo, grabé con Leo Fernández, un guitarrista que viene del jazz, el hizo los arreglos de sus guitarras y es un gran interlocutor a la hora de pensar la música.

 Tu colaboración con el ámbito audiovisual se estrechó fuertemente en años recientes.
¿Cómo decidís el punto de partida conceptual para la musicalización de un largometraje o corto? ¿Cuán cercano es el desarrollo junto al director/a del filme?

En el caso de Lxs Mentirosxs, trabajamos una idea que trajo el director, Alejandro Jovic, que estuvo en varias de las sesiones de grabación. La idea era que la música que se escucha pudiera ser del personaje que cuenta la historia: Malena, interpretada por Paula Carruega.
Mi voz y mis guitarras son las que tocaría Malena, por lo cual tuve que tocar más fuerte de lo que toco habitualmente. La producción la hicimos con Ezequiel Kronenberg, mi compañero de Rosal. Buscamos un espacio con mucho rebote para grabar las guitarras, hay algo muy crudo en el sonido. Al igual que en los discos pensamos en un sonido que unifique toda la banda sonora. La selección de las canciones las decidimos junto con Jovic, buscamos canciones del comienzo del rock argentino por una referencia a Tango Feroz. También hay una de Rosario Bléfari que actúa en la película, hay una de Verne, la banda que aparece como el grupo del personaje que interpreta Ezequiel Tronconi y algunas versiones de canciones editadas con Rosal, también hay una canción original para la serie.
Además, hay pasajes instrumentales con el mismo sonido de guitarra, la música es el ámbito de los personajes.

El imaginario alrededor de Maria Ezquiaga siempre fue muy amplio. Las canciones siempre trazaron una profundidad con rastros de poesía, literatura, cine y otras ramas del arte. En un punto, tus canciones funcionan como una antena amplificadora de información para quién esté dispuesto a escuchar.
¿Disfrutás ese compartir con el otro? ¿Te copa la idea de amplificar con tu arte lo que te conmovió a vos?

Este camino es con otrxs, tiene una parte en soledad pero gran parte es con los demás, desde tocar ensayando, arreglando, grabando hasta el momento que es con quien escucha y en todas esas etapas uno va transformando lo que da y lo que recibe.
El aprendizaje de algo tiene una parte con lxs demás. Cuando estudiaba guitarra mi forma de apropiarme de los acordes o arreglos nuevos era usarlos para componer algo, armaba algo con eso que aprendía. Yo siento que es mi forma de transformar lo me gusta. Hubo un momento que me aburrí de mis letras, estaba cansada de lo autorreferencial y empecé a buscar una forma nueva de escribir, ahí conocí a Guadalupe Gaona, que escribía poesía y empezamos a escribir juntas, ella me conectó con toda la poesía que se estaba escribiendo en ese momento. Mi búsqueda cambió. Descubrí a Laura Wittner, Roberta Ianamico, Clara Muschietti y otras. Cuando me gusta mucho trato de aprenderlo, busco la forma de decodificarlo, de apropiarme de una parte.

¿Cómo transitaste el periodo de cuarentena con la ausencia de música en vivo y distancia con tu público? ¿Se puede reemplazar la experiencia o sigue siendo vital el contacto y el disfrute junto a la gente?

La cuarentena para mí fue un momento muy introspectivo. En el 2019 dejamos de tocar con Rosal después de más de 15 años, yo estaba cansada y había perdido la motivación con lo cual tampoco tenía ganas de tocar en vivo. De hecho, ahora me cuesta tocar en fechas que me ofrecen porque es una responsabilidad, es peligroso, puede haber contagios.
El contacto es irremplazable pero no podemos olvidarnos del contexto. El mundo está cambiando y creo que sería bueno no resistirse al cambio. Hay muchas formas de unión entre lxs músicxs que están muy buenas. Me parece que es necesario un cambio, siento que muchas veces estamos formateados por una industria que tampoco funciona: hacer un disco, sacar un video. Personalmente me gustaría intentar otras opciones.

 Luego de años de liderar Rosal el futuro está bien abierto con un disco solista en camino y proyectos estimulantes que van apareciendo. Tener un horizonte tan abierto puede resultar emocionante, pero también puede ser abrumador en el sentido de “por dónde arranco”.
¿Cómo se emprende el futuro luego de años de un proyecto tan querido? ¿Hubo alguna incertidumbre o sensaciones encontradas?

El fin de Rosal fue para mí el fin de un modo de hacer que ya no funcionaba, lo siento como el duelo de una etapa.
Este nuevo disco me fue reconectando de a poco con las ganas, fui paso a paso y creo que lo bueno de toda esta experiencia es que quiero disfrutar del recorrido y decidir dentro de mis posibilidades dónde, cómo y con quién tocar lo nuevo.
Es muy difícil el ámbito musical, estamos muy precarizados, entonces muchas veces se hacen cosas porque supuestamente convienen y a veces uno deja de escuchar lo que quiere.

 

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