EL CLUB AUDIOVISUAL: “SENTIMOS LA NECESIDAD DE DEFENDER LA MEMORIA Y NUESTROS ESPACIOS”.

El cuarteto llega a Rosario por primera vez para presentarse en el ciclo Pop del Futuro y Del Presente  junto a Gladyson Panther, Los Cristales y Las Aventuras, el sábado 4 de noviembre en Galpón 11.

“De cara al balotaje sentimos, más que nunca, la necesidad de defender nuestros espacios, honrar la memoria y ser más empáticos que nunca con el resto de los argentinos”, declara El Club Audiovisual horas después de las elecciones presidenciales. Toques, micros y urnas de por medio, la banda no pierde su sentido de ubicación, manteniendo los pies ante lo fundamental. “Nunca tuvimos problema en expresar lo que pensamos en defensa del arte y la cultura”, afirman y agregan: “Invitamos a que voten al tipo más normal de los dos”.
Desde Capital Federal, la entrevista cobra forma entre trabajos de la vida real, viajes por las rutas argentinas y los horarios apretados propios de una agenda cada vez más demandada. Se trata de otro día de intentar hacer equilibrio en la vida de una banda joven que busca acercarse a sus sueños.
En ese contexto, la banda visita Rosario por primera vez para integrar Pop del Futuro y Del Presente, encuentro musical que se completa con Gladyson Panther, Las Aventuras y Los Cristales, apostando por una noche de convergencia musical en Galpón 11, el próximo sábado 4 de noviembre desde las 20hs.
Además de las canciones repletas de guitarras envolventes del cuarteto porteño, la fecha depara unas cuantas buenas noticias: se trata del esperado regreso de Gladyson Panther en formato banda completa. La experiencia full band supo convertirse en algo notable, apostando por la ferocidad escénica y la performance poética. La vuelta será en forma completa, puesto que Gladyson Panther prepara una experiencia audiovisual orgánica.
Por su parte, Las Aventuras vienen de presentar su debut Resta el accionar ante un D7 estallado de energía. Interviniendo sus canciones con elementos de art-rock y un sutil desenfado, la banda parece transitar un estado de gracia provisto por el disfrute de levantar vuelo.
Siempre evolucionando, Los Cristales vuelven al Galpón 11 para convidar su pop sofisticado que, en meses recientes, supo desarrollar canciones nuevas que están prontas a estrenarse. Algo de mística los precede: cada aparición de Los Cristales en el clásico escenario junto al río Paraná ofrece momentos memorables.
Las entradas anticipadas ya se encuentran a la venta.

El Club Audiovisual atraviesa una temporada de viento a favor que les llevó por primera vez a Salta y Santiago del Estero, para inmediatamente volver a Capital Federal a tocar en la Vomit ocasión de Halloween en el Centro Cultural Konex, luego abrir para las norteamericanas L7 en Groove y, finalmente, tomar la ruta otra vez hacia nuestra ciudad y luego Córdoba. Es un trabajo duro, pero alguien tiene que hacerlo.
“Es genuinamente un honor y un privilegio que tu música te lleve por todo el país y fuera de él y te haga compartir escenario con artistas internacionales, es lo que siempre quisimos”, comentan sobre la bonanza de estos días.
“Todos trabajamos tiempo completo, cinco días a la semana y nuestra vida actualmente es hacer malabares a diario para hacerlo funcionar. Estar dando entrevistas por teléfono, sacando pasajes o creando contenido mientras estamos en reuniones de trabajo y demás es agotador, pero si no lo hacemos ahora, ¿cuándo?”.  
Desde Buenos Aires, a pocos días de conocer al público rosarino, la banda evita los spoilers sobre su entrega en vivo, pero comparte que “somos personas bastante sensibles y nos dejamos llevar un montón por las cosas que sentimos en el momento. Nunca hay un show igual a otro, a veces estamos más intensos, a veces más boludones, pero siempre lo damos todo”.

El cuarteto tiene una hoja de ruta donde la guitarra es la El Club Audiovisual nace a fines de 2015 cuando Tomás Peláez y Delfina Gel, compañeros de secundaria deciden juntarse a hacer música para sobrevivir al verano. En 2017 Juan Viaggio se une a la banda en la batería y juntos publican sus primeros EPs, los caseros Cinco Días en el Planeta Azul (2017) y Siempre Ahora (2018). 
En 2019, con la incorporación de Matías Vertula, El Club comienza a trabajar junto a su productor Estanislao López en su primer disco de larga duración. En plena pandemia logran publicar el LP Ya No Estamos Tan Solos (2020) y con él se incorporan al catálogo del sello marplatense Casa del Puente Discos.
El LP El Club Audiovisual llega en 2023, antecedido por los singles “Madrugada” y “Una Canción” y “Hoy Quiero Hacer lo que me Gusta”. Ese LP fue grabado por López, quién además estuvo a cargo de la producción y la mezcla. El masterizado corrió por cuenta de Eduardo Bergallo y Audio Warrior.
Este disco es el punto de partida para que El Club Audiovisual sea una banda propia, con una identidad creciente que se desarrolla a medida que sus propios integrantes se reconocen consagrados a este viaje. ¿Banda de la secundaria? Sí. ¿Banda de amigues? También. Pero fundamentalmente una banda de música que, desde hace un tiempo, abraza el entendimiento de su oficio. Hoy hacen lo que les gusta. No es poco.
Un detalle que juega a favor de El Club Audiovisual es su experiencia. A priori una banda joven, tocan formalmente desde ocho años, sosteniendo el proyecto a través de una última década argentina de escala inflacionaria y un ciclo global complejo que todavía no terminamos de comprender del todo. Atravesando contextos espinosos, la banda se fue curtiendo, ganando potencia ante la adversidad.
“Nos volvimos fuertes porque esto es nuestra pasión y es definitivamente lo que queremos hacer de nuestra vida”, consideran sobre la primera época formativa.  “La canción «Idas y vueltas» habla un poquito sobre esto: si bien el camino es largo y arduo, nos queremos mucho entre nosotros y lo vamos a hacer funcionar. Capaz somos súper delirantes, andá a saber”.
De los procesos alterados la banda emergió fortalecida para transitar un presente de trabajo paciente donde además de lo creativo se precisa la capacidad para armonizar entre vaivenes de la vida cotidiana y la demanda de un proyecto independiente.

La banda tiene una hoja de ruta donde la guitarra es la creadora de los climas que atraviesan a la canción. Funciona a modo de acelerador mientras los minutos transcurren entre ganchos sónicos y estribillos que se perciben más elaborados. Cuando el clima se vuelve más suelto, contagian una efervescencia pop de post-adolescencia. La banda se siente viva, con una energía que se entiende como júbilo.
Entre las letras del disco hay tanto angustia como disfrute, en una ciclotimia que denota una adolescencia que se desprende lentamente. El drama exacerbado -una pulsión de época- es más una salida sonriente, un recurso para salir adelante. En todo caso, no parece haber nada estático, siempre se está avanzando, ya sea por la propia propulsión de las guitarras o una batería decidida. «¿Qué más puedo hacer?» funciona como arranque que lo dice todo: mirando la pared no puedo hacer más que generar algo.
La decepción sentimental tiene una aceptación en clave deconstructiva, un rasgo bien generacional: OK, se terminó este amor y me arde terriblemente, pero no es el final de nada. No se termina mi vida, ni la tuya; no estamos hechos para anclarnos en el anhelo romántico normativo.
Este disco homónimo, además de ser su trabajo más sólido, exhibe una transversalidad estimulante: en «Dulce» reside una posibilidad de soltura que permite imaginar una zapada bailable en clave mancuniana. En ese gesto de relax subyace la comprobación que el goce está en dejarse llevar hacia otros, sin atarse a ninguna pose ni roles de deber ser. Asimismo, la canción tiende un puente a la energía de psicodelia terrenal de principios de los noventa, desde Primal Scream hasta Babasónicos, Juana La Loca y Martes Menta. 

-¿Cómo funciona el desarrollo creativo en el grupo? ¿Son de componer los temas de manera colectiva o parten desde una idea individual?  

Solemos partir desde ideas individuales como riffs, melodías vocales o algún pattern  rítmico pero las desarrollamos de forma colectiva. En la escritura de letras el proceso es bastante similar, si bien la gran mayoría de las letras salen individualmente, las editamos de forma grupal y nos gusta que lo que se diga nos represente a los cuatro.  

-Ustedes lograron una experiencia considerable en cuanto a producción: además de autoproducirse en su primera etapa, más tarde sumaron a Estanislao.
¿Cómo fueron complementando ambas experiencias? ¿Qué les quedó de cada proceso?  

Estani nos enseñó mucho de cómo se trabaja en un estudio de verdad en nuestro primer disco. Éramos más chicos y nos nutrimos mucho de esa experiencia. Para el segundo disco ya entramos a grabar con una idea muy clara de cómo queríamos que suene y Estani fue clave en el rol de facilitador y ejecutor de esas ideas. Metimos un poco más de mano y aprendimos a volver real ese sonido que estaba en nuestras cabezas.  

-En los últimos tiempos van dejando atrás su mirada nostálgica sobre el pasado, concentrando su composición y estética en algo más. Son procesos evolutivos que reflejan la constancia que lograron.
¿Cómo describirían el presente compositivo de la banda?  

Llegamos a un presente compositivo y estético menos referencial. Siento que con nuestro nuevo disco logramos crear una amalgama cohesiva de las sensibilidades musicales de los cuatro de una forma que resalta nuestra personalidad. Por eso nos parecía apropiado que sea nuestro disco homónimo, haciéndole honor a este presente.  

-El grupo nació como una banda de amigos. Hasta el día de hoy, si bien varias cosas cambiaron, el núcleo de la amistad se sostiene.
¿De qué forma fue evolucionando el vínculo que les une?  

Empezamos como amigos y hoy en día nos gusta considerarnos parte de una familia un poco disfuncional. Nos vemos más seguido que a nuestras propias familias o seres queridos y tenemos un nivel de confianza para decirnos lo que pensamos que ya trasciende la amistad.   

-Si bien la banda forma parte de una camada pujante que llegó para renovar la escena musical argentina, siento que siempre eligieron ser ustedes mismos, priorizando un camino más bien propio. No quisieron sumarse a ninguna movida estética ni restringirse a compartir cartel siempre con los mismos nombres. 
¿Les interesa pertenecer?  

Nos encanta formar parte de esta camada y empujar colectivamente para que a todos nos vaya bien es más que necesario. Creemos en la diversidad estilística de las fechas para que sean más interesantes, el público hoy en día tiene gustos súper variados y nos gusta tocar con las bandas que nos gustan, sean de hardcore, de post punk, etc. Creemos que de esa manera es más entretenido para todxs, nosotros incluidos.   

Data por Lucas Canalda 

 

 

 

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