NICO LORETO: LANZADO AL MUNDO DE HOY

El músico y compositor Nico Loreto lanzó su primer disco solista Todo el mundo se cree especial y nada que ver, donde manifiesta su estilo y personalidad en un combo sonoro de guitarras acústicas, arreglos de cuerdas y sonidos ambientales que sintonizan con su voz particular.

Nico Loreto llegó desde Pergamino a los 18 años para transitar el plan de vida que se le impone a muchos jóvenes que tienen la posibilidad de hacerlo: venir a estudiar, recibirse de lo que te gusta, trabajar de eso, crecer y un etcétera plagado de mandatos sociales. En el mano a mano de “Expectativa vs Realidad” nuevamente ganó la realidad: Loreto desvió su recorrido académico y, a contramano de lo planificado, acrecentó sus conocimientos musicales y desarrolló una destacada carrera como músico independiente. En sus espaldas lleva un historial interesante ya que con su otrora banda Caramba supo atraer a un público que cautivó con su música, letras y presentaciones en vivo.
Para quienes no dieron con Caramba, es importante destacar algunos datos sobre sus canciones y estilo: de formación clásica (dos guitarras, bajo, batería y voz) y con músicos de gran nivel, supieron darle vida a canciones propias y originales con un estilo rockero convencional pero con un gran trabajo compositivo. Los cuatro integrantes componían desde el rock pero estaban atravesados por el post-rock, el indie y hasta lo psicodélico con la principal virtud de crear climas progresivos destacándose individualmente y de manera colectiva al mismo tiempo.
Además, Nico sorprendía por sus variaciones vocales acompañando en las guitarras rítmicas y frente al micrófono. Para completar la banda, estaba el talento y técnica de Nacho Ponce, un violero que no abusaba de su virtuosismo pero sabía destacarse a fuerza de riffs atrapantes y pesados; la presencia precisa de Lautaro Rodríguez en la batería; y los bajos y teclados de Franco Serafini acompañando en armonías y melodías.
Oficialmente, la banda se presentó en Rosario en 2011 y en 2015 editaron su primer disco Contacto en formato físico y digital. Un material más que interesante donde muestran su fuerza sin perder la prolijidad y el estilo que los caracteriza. Para prueba de esto, basta escuchar temas como “Niño Azul”, “Tánatos en Conga” y “Santa María”. En 2017 realizaron un registro audiovisual de la presentación del álbum que dio pie al segundo material discográfico: Albúm Celeste en vivo en Cine Teatro Colón. Ambos se encuentran disponibles en todas las plataformas digitales con muy buena calidad sonora.
Entre los logros del grupo cabe mencionar el innovador Recital Ciego que estuvo en cartelera durante varios meses del 2018 y donde lxs asistentes fueron testigos de una puesta más que interesante: disfrutar del concierto con los ojos vendados. Músicos y miembros externos de la banda recibieron con muy buen entusiasmo la experiencia de conocer una nueva forma de consumir música. Todo un acontecimiento que sigue sonando extraño en un presente donde la distracción hacia las pantallas nos gana por goleada.
Sin dudas, Caramba formó fue parte importante de su vida. No solo por el recorrido intenso que hicieron con sus discos y presentaciones en vivo sino que también quedaron los lazos afectivos que implica estar en un banda después de mucho tiempo: sus mejores amigos y su primo Nacho Ponce (quien en su niñez le enseñó a tocar sus primeros acordes). Toda una vida compartida que lo llevaron a ser el personaje que es hoy: un laburante de la música que no solo toca y canta, sino que sigue estudiando y componiendo canciones.
El cantante no mostró tapujos al hablar sobre el final de Caramba. Abre y cierra ciclos con altura. Mira para adelante porque solo piensa en Todo el mundo se cree especial y nada que ver el disco que editó hace tres meses. Antes de meterse de lleno en el álbum en solitario, confesó: “Estoy aprendiendo a tocar el piano y estudiando todo lo relacionado con la producción. Me conecté con sonidos electrónicos así que seguramente cuando tenga la oportunidad de tocar en vivo la gente se encontrará con un formato acústico y electrónico”. Evidentemente, Loreto salió de la zona de confort y tiene la mirada puesta en el futuro. “En lo personal Caramba me dejó amistades, mucho disfrute, dos discos que me encantan y sobre todo la experiencia de formar parte de un colectivo de gente que se propuso hacer cosas muy jugadas y las hizo. De manera cooperativa y autogestiva, hubo muchísimas personas que aportaron lo necesario para lograr cada cosa que hicimos. Y en lo musical aprendí a escuchar, ya que después de grabar el primer disco, incorporé algunas herramientas que me ayudaron a resolver mí audio, encontré mis timbres y compartí visiones. Además, siempre toqué con músicos y músicas que tenían mucho más conocimiento musical que yo, por lo que aprendí muchísimo”.

PENSANDO ROSARIO

Su desembarco a la provincia coincidió con el desarrollo de su ex banda allá por el 2008. “Venir a vivir a Rosario a esa edad es entrar en otro mundo: los edificios, la cantidad de gente y la diversidad en general fueron cosas que nos influenciaron e impactaron. Notamos una sintonía distinta. No creo que nadie a los 18 años sepa qué hacer realmente con su vida, ni con más años tampoco, pero hubo un nexo en esa transición que nos unió, algo que nos conectó desde la vulnerabilidad”.
Con Caramba banda recorrió todos los escenarios disponibles en aquel entonces y Nico ya mostraba una impronta distinta: la particularidad de su voz, sumado a una cabellera que ya no se ve más en el mundo del rock y una tocada que acompañaba a una banda que contagiaba fuerza y empuje. Ya asomaba un Loreto que daba todo arriba del escenario y peleaba codo a codo desde el lugar incómodo que es el mal llamado under.

– Recorriste mucho la ciudad tocando en bares o escenarios alternativos. ¿Cómo analizas esos encuentros tanto para los músicos como para el público que busca nuevas bandas? ¿Qué aspectos te gustaron y cuáles no?

A mí el movimiento alternativo me parece el único viable ya que es donde suceden las cosas más interesantes. Se da un circuito donde la rosca se mueve desde lo micro hacia lo macro, y no al revés. Cuando eso trasciende y se vuelve popular me parece alucinante. Después, la gente puede saber más o menos lo que busca, pero a veces no sabe dónde encontrarlo. Me parece que ahí el lugar que tienen los medios alternativos es crucial porque cualquier material en Internet está a un click de distancia, pero esto puede ser relativo si nadie lo empuja. Sin eso, no hubiese conocido a bandas que escuché durante muchos años, casi todos los días. Los sellos y la unión entre las bandas también tienen mucho que ver en ese empuje, que hicieron que la fuerza se intensifique a partir de identificar una estética. Es algo que viene pasando en Rosario y me parece genial.

Loreto sabe de lo que habla porque además de estudiar nuevos sonidos, de conocer nuevas bandas y experimentar a través de la música, observa la realidad de las bandas independientes ya que intenta ser protagonista sin tapujos. En la charla hizo mención a la importación de bandas de otras ciudades del país a Rosario, como sucedió hace no mucho tiempo: “Rosario no tiene esa expansión que tiene Buenos Aires. Desde que vine, se avanzó muchísimo hacia el esquema de cómo entender un concepto estético e impulsarlo. Unos años atrás no había este desarrollo de agrupaciones que se impulsan a través de un nexo en común, que es encontrarse y empujar para adelante. Eso pasó en Mendoza y La Plata, pero acá no se si pasó. Sin embargo, creo que recién ahora lo estamos viendo. Tengo la sensación de que vamos hacia ese camino”.

– Así y todo el año pasado las bandas se organizaron y dieron que hablar con el Festi Mug o Núcleo, por mencionar a algunos. ¿Cómo vez a la ciudad posicionada a partir de esos acontecimientos?

Hay que unirse con una intención de hacer empuje. Si no, armamos un sindicato de músicos, luchamos por los derechos, pero nos olvidamos de generar contenido cultural. Creo que en La Plata pasó algo interesante en ese sentido; ellos tienen una concepción de ciudad al estar pensada para ser pensante; se hiperconecta desde la lógica que hace a la conexión en el arte. De ahí parten algunas movidas grosas que rebotaron; de repente todos somos fanáticos (o fuimos) de bandas de La Plata o Mendoza. En Rosario esto se demoró pero porque me parece que está todo muy concentrado en el centro o en el río. Esto es una crítica que tengo hace tiempo. Sin embargo, eso de alguna manera se revisó y hay una intención de cambiarlo. Incluso creo que están pasando cosas copadas ya que hay bandas y músicos que están mirando esos ejemplos y lo están llevando adelante; ojalá haya un rebote porque tenemos muy buenas bandas. Es celebratorio que hayan dejado de mirarse internamente y crearan comunidades que pueden dar que hablar.

TODO EL MUNDO SE CREE ESPECIAL Y NADA QUE VER

El trabajo en plano solista de Loreto llegó hace hace tres meses. Vayamos a los datos duros: Todo el mundo se cree especial y nada que ver contó con la producción de Ezequiel Fructuoso y se trabajó durante un año en el estudio Fructuoso Record Club. Son cinco canciones que valen la pena detenerse en los detalles ya que invita a una escucha profunda y serena. En cada reproducción se descubren nuevos sonidos, climas e ideas gracias a su personalidad detallista y minimalista que consagraron las composiciones a tal punto que uno descubre que podría tratarse de un disco sin principio ni final. Loreto estaba acostumbrado a un sonido ciento por ciento rockero, por momentos rabioso y por momentos super cálidos, pero siempre siguiendo esa impronta. Para esta ocasión, inauguró su etapa solista con un formato acústico entre guitarras, violines, bandoneón, y violonchelo ( Lucía Prokopovsky, Ariel Aguilar y Homero Acuña respectivamente colaboraron en la ejecución de los instrumentos).
En el álbum predominan distintas progresiones de acordes que contrastan con unas cálidas melodías. Así llega la primera composición que abre el disco, “Je Te Montre” (título en francés, pero mayoritariamente cantada en castellano), como una especie de balada triste donde un puteo inicial y el violín invitan a relajarse para adentrarse en una letra que busca llamar la atención a algún destinatarix inciertx: “Voy a irme de acá; voy a ser un gran hombre fugaz; un espectro fugaz; pídeme que no me vaya nunca más”.
Le sigue “GiF”, donde el mundo virtual se mete desde el silencio y con unos acordes que acompañan un canto suave y aparecen los primeros timbres delicados de su voz. Le sigue el título de la canción que refiere la capa que envuelve el astro llamado Tierra: “Atmósfera”: aquí los punteos de guitarras al mejor estilo El Mató y la progresión de acordes reafirman a la canción más cautivante del disco (escuchar preferentemente con auriculares para descubrir los sonidos que se escuchan muy por lo bajo). En “Matriz” aparece el acordeón de Homero Acuña, haciéndole las armonías precisas para que la voz melancólica poco a poco se eleve en los primeros gritos y conecten con una cálida conversación entre las guitarras y el acordeón.
Para cerrar el disco, “Virtual Carne” rompe el hielo con unos acordes pesados y movedizos que quedan mano a mano con distintas variaciones vocales mientras canta “haber amanecido en tu llanura digital; es virtual carne tu paraíso”. Una canción conducida por una guitarra acústica, un misterioso puente de sonidos y la voz de Nico que corta en seco con un acorde abierto.

– ¿Cómo fue el proceso de grabación y composición? ¿Elaboraste todo en tu casa o trabajaste directamente en el estudio de grabación?

Las composiciones las tenía en mi cabeza; lo que hice fue pasarles las armonías y melodías a Lucía, Ariel y Homero para que hagan sus aportes, juntarnos a ensayar y llevarlas al estudio. Ellos son unos músicos increíbles así que estoy muy feliz con sus aportes. También estuvo la ayuda de Ezequiel (quien hizo de productor) y me tuvo una paciencia bárbara porque soy muy meticuloso con algunas cosas. Fui durante un año, una vez por semana sin interrupción (habré faltado dos o tres veces). Para facilitar el trabajo, algunas cosas me las llevaba a mi casa y después volvía al estudio con los arreglos. Ese método nos resultó práctico para ahorrar horas de trabajos y encierro en el estudio ya que uno se termina quemando de tanto estar ahí. Pero la experiencia fue muy buena, aprendí un montón y estoy muy contento.

– En cada escucha uno descubre detalles y distintas variaciones en los sonidos. Se nota que trabajaron mucho para lograr eso. ¿Cómo te sentís con el resultado final?

Las mezclas las terminamos a fin del año pasado, remasterizamos y pudimos subirlo a las redes y las plataformas recién en marzo. El disco me encanta, estoy muy conforme con lo que hicimos. Si bien todavía no pude presentarlo en vivo vengo recibiendo comentarios positivos.

– El nombre del disco se siente declaración de principios. ¿Lo sentís así? ¿Qué objetivo se esconde dentro del disco? ¿La música es una excusa para decir estas cosas o simplemente es algo que te gusta compartir simplemente por amor a la música?

La música no es algo que sobrevalore porque para mí lo más interesante está antes o después de una canción, como pasa con casi todas las artes. Si ves el cine de Hitchcock entendés que el tipo no hizo la película solo para entretenerte si no que te integra en un efecto transformador, sin imponerte nada. Te mueve algo que ya era tuyo desde antes y te deja recalculando. Además, está el motivo que llevó a que la hicieran. Eso lo traslado a la música: son las partes de una canción, momentos en un show, un disco o a veces una puesta en escena que están diciendo algo. No creo que todo sea tan subjetivo, hay cosas que se comunican inmediatamente”.  El nombre del disco creo que más que una declaración de principios es una provocación. A quien lo lea y piense “tiene razón”, entendió todo. Y quien piense “¿este pibe quién se piensa qué es?” también entendió todo. En el título está hecho y en las canciones está dicho, sobre todo en “Virtual carne”.

– ¿Cuál es el proceso que sigue una vez que se lanza un disco?

Normalmente el recorrido natural sería tocar y hacer una gira. Algo que nos pasa ahora, los que nos dedicamos a esto, es que antes para grabar tenías que tener una planificación previa a todo lo que venía después porque grabar era muy caro (lo cual no quiere decir que ahora no lo sea). Ahora creo que hay tanta producción e inmediatez en la información y contenidos que ya no es necesario tanta planificación para el después. Me está pasando porque no planifiqué nada: solo tenía la idea de presentarlo en mi casa y ver cómo fluían las cosas. Sí te puedo decir que siempre estoy pensando en nuevas cosas, por ejemplo ahora estoy componiendo y produciendo con Ableton (secuenciador de audio y MIDI) música nueva para ir lanzando.

PROYECTANDO EN CUARENTENA

A contramano del discurso circulante, Loreto asegura que no le alcanzan las horas para trabajar y dedicarse a la música en plena cuarentena. Actualmente está estudiando nuevos sonidos eléctricos y ampliando sus conocimientos: no se queda con lo que aprendió en su adolescencia, sino que se la pasa escuchando bandas independientes, descubre nuevos instrumentos y conecta a través de las tecnologías con nuevos sonidos. “Estoy produciendo, componiendo y trabajando mucho con instrumentos virtuales y cajas de ritmos. Seguramente cuando arme el show será algo mixto: eléctrico, acústico y 100% electrónica. Te digo la verdad, no entiendo a la gente que dice que le sobra tiempo, a mí me pasa al revés. También me puse a estudiar mucho por internet y estoy tomando clases virtuales sobre producción para poder hacer lo que pueda desde mi casa”.

-Llevas mucho tiempo trabajando en la música pero seguís enchufadísimo y no perdés la capacidad de asombro. ¿Cuál es tu relación con la música?

Lo definiría de otra manera porque siento que es una necesidad. Si estoy un tiempo sin hacer algo nuevo me siento mal, incluso llego a sintomatizar con dolores de cabezas o en el cuerpo. Ahora me prestaron un piano, así que imagínate. Tengo una conexión muy fuerte con la música; en mi vida fue algo bastante casual porque mi vieja canta y tengo esos recuerdos de muy chico de ella cantando en una reunión familiar que me marcaron para siempre. Después había una guitarra que estaba abandonada y la agarré sin saber. Son cosas que hago intuitivamente, lo mismo me pasa con la escritura. Cada vez que agarro la guitarra o el piano me encuentro con un lienzo en blanco. Que a mí me funcione no quiere decir que sea el único modo; de hecho hay mucha música que consumo y admiro que son de compositores que tienen mucha escuela.

– ¿Cómo cuáles?

Frank Zappa es uno y quien pudo estudiar y darlo vuelta todo. Yo, obvio, que esa capacidad no la tengo. Además, nunca pude estudiar, me encapsulo y termino abandonando. Ya hace mucho que no pincho sus discos, pero siempre me pareció increíble. Después conocí a Captain Beefheart (Peter Capusotto y sus videos pasaban sus clips y me encantaba verlo). Fui atravesando distintas etapas: luego me declaré confeso de lo más minimalista y hoy me gustan mucho las bandas independientes. Y me cansé del virtuosismo: el solo de un minuto de algo es como alguien que está hablando y no dice nada. Respeto mucho, pero me parece que está sobrevalorado. Creo que podés ser un gran virtuoso de la música y tocar a una velocidad increíble, pero si eso no dice nada me parece que no sirve. El mejor virtuosísimo, me parece, es saber decir basta y ponerse un límite.

– ¿El indie supo potenciar o rescatar lo potente que puede ser una canción desde la simpleza?

Creo que habla de una época también. El power lo tiene esta juventud que se cansó del virtuosismo y de la aparente habilidad que hay que tener para hacer algo. Hoy ya no es un requisito y me parece genial, tanto para el público como les musiques.

– Venías de trabajar en una banda donde las decisiones se deliberaban. Hoy estás mano a mano con las decisiones. ¿Cómo te parás ante este desafío?

Creo que esto iba a pasar, pero por una cuestión natural porque no podía quedarme enlazado a algo que, por más que haya sido muy lindo, sentía que tenía que ir por otros lados, incursionar de otras maneras. Ahora quiero ver qué puedo hacer solo. La decisión viene por ese lado y es un desafío enorme. Igual esto no quiere decir que en algún momento volvamos, pero hoy por hoy me siento bien con mi decisión.

NEXOS Y SUCESIONES

Loreto menciona mucho la palabra “nexo” como un significante que conecta entre experiencias pasadas y aprendizajes a concretar en un futuro no muy lejano. Se imponía pensar sobre recorridos, su visión de las cosas, el auge de la autogestión, la pasión por aprender y los deseos de salir a tocar. Espera, sin decirlo, que se termine el aislamiento para presentar el disco presencialmente. Así y todo, no mencionó la idea de lo virtual (streaming) quizás porque sigue fascinado con algo que redescubrió recientemente: los recitales. “Hace poco me pasó que me reencontré con ir a recitales. Tengo ganas de ir a ver bandas porque sé que hay gente que está haciendo cosas muy buenas en vivo. Pero es algo que me pasó ahora; estoy atento a la agenda local porque me fascina la energía que hay en cada concierto. El otro día viendo el vivo de Matilda (a través de YouTube) y terminé bailando solo en mi casa y eso me pareció increíble. Son cosas que te pasan en el vivo”.

– ¿Qué pasó ahí? ¿Cómo era tu relación con los conciertos? ¿Solías ir a ver bandas? Me estás contando algo que parece una novedad y quizás no deba serlo.

En lo personal estuve mucho tiempo sin tener ganas de ir a ver bandas en vivo. Te hablo de lo que me pasa a mí y estoy muy contento con esta decisión porque los recitales te nutren un montón. Te hacen sentir que está buenísimo el lugar donde estás, hay una bola de energía que baja que me parece increíble. Y el crédito es todo para las bandas.

– ¿Por eso decís que lo más interesante en la música sucede antes y después?

Es algo que la canción lleva puesto en la frente. No creo que sea algo tan subjetivo. Te puede gustar o no y es algo personal pero vos, cuando la canción lleva escrito algo en la frente, no importa si te gusta. Lo importante es que te lleva puesto. La música termina siendo el mensajero. Por eso digo que lo que importa es lo que sucede antes y después, porque está implícito. Me pasó ahora que estoy yendo a ver bandas y descubro un impacto terrible cuando empiezan a tocar. Me parece alucinante y antes no me pasaba. Lo tenes o no y tampoco podemos pretender que todos sientan esto.

– ¿Cómo es ser músico en un contexto tan atravesado por las redes sociales? ¿Ahora en cuarentena se “blanqueó” la relación que teníamos con internet y las redes? ¿Repercute en la vida o en la carrera de un músicx?

Te puedo decir lo que veo con lo que hago y siendo parte de esta generación que le toca vivir esta época. Estar hiper conectados tiene sus beneficios por cómo se cortan las distancias pero eso puede ser relativo si no hay nadie que lo esté incentivando. Creo que hay un conjunto de cosas que exceden a la música o a todas las artes porque hubo una transformación en los medios de comunicación que incentivaron a esa cultura alternativa y se formó algo orgánico que empuja para adelante.

DOMINAR AL MUNDO CON TUTORIALES

Loreto admite que nunca pierde la capacidad de asombro y se redescubre permanentemente. Divorciado de los mandatos sociales, Loreto emprende caminos que son novedosos para él, pero enseguida les baja el precio. No le gusta romantizar sus acciones, su música o su mirada sobre lo que pasa alrededor. Simplemente opina e intenta dar lo mejor sin mirar por encima de nadie. Lanzado en el mundo solista (las decisiones ahora las tendrá que tomar en soledad) no solo espera a que la cuarentena se termine para presentar el disco sino también para intentar dar clases de composición para aquellxs que estén interesados (sin que sea requisito ser músico).

– Contaste que estás estudiando nuevos sonidos. Siendo que aprendiste a tocar instrumentos en un tiempo donde Internet era una cosa lejana y futurista. ¿Qué diferencias encontrás o podes mencionar al respecto con la actualidad? ¿Cómo es aprender a tocar en el 2020?

En lo personal, intenté dar clases pero alejándome del estilo académico porque busco ponerme del lado del alumnx y pensar en sus ideas. Iba a dar un taller, que lo cancelé por la cuarentena, sobre cómo hacer música y letras con medios alternativos. La idea era encararlo desde “la contra” (que no es lo mismo que lo anti) para incentivar otras maneras de procesos creativos. Quería enfocarme en potenciar lo intuitivo y orientarlo a todo el público, independientemente si es músico o no. Por otro lado, cuando tenía 15 años tome clases con un particular y siempre recuerdo la actitud del tipo que me enseñaba porque cuando vio que me costaba (porque siempre me costó) llegó un punto en que dijo bueno, mostrarme algo que hayas hecho vos. Entonces le mostré una canción que le encantó y nos pusimos a trabajar sobre eso. Ahí fue mi primer acercamiento con la enseñanza. El tipo supo darme una confianza que me incentivó a meterme de lleno en la música. Por eso digo que no sé si le doy importancia a lo que uno estudió. Cuando yo siento que algo no me sale, busco tutoriales en YouTube. Quien aprenda a manejar los tutoriales en YouTube va a conquistar el mundo; es increíble todo lo que hay. Las herramientas que tenemos ahora son muy valiosas (sin desmerecer el trato que personal que te da un docente).

– ¿Dónde te sentís más cómodo: componiendo, grabando o tocando en vivo?

Cuando componés estás solo y cuando grabás estas con alguien y se transmiten conocimientos. Cuando tocás tenés la relación con el público, que es algo irremplazable. Componiendo me siento pleno pero si no toco en vivo durante mucho tiempo me empiezo a sentir mal. Me encantaría componer y que me escuche todo el mundo y que las canciones sigan su camino por sí solas, pero me sigue picando el bicho de tocar. El mundo de la grabación es un mundo alucinante. Si fuera por mí viviría adentro de un estudio de grabación. Me encanta. En definitiva, y respondiendo la pregunta, todo es parte de lo mismo en el sentido creativo pero son distintas maneras de adquirir conocimientos. Son tres cosas muy distintas. Cuando grabás aprendés a escuchar, algo fundamental para integrar una banda. El estudio de grabación te da la posibilidad de escucharte, de quedarte mano a mano con vos mismo. Esto para los cantantes, o por lo mismo para mí, es muy importante. Ahí descubrí los timbres que tengo. Y siempre trabajé con productores muy solidarios ya que me enseñaron un montón y es algo que siempre destaco. Me dejaron un aprendizaje y un empuje bárbaro.

– ¿Tenés un músico o banda con el cual te sientas identificado?

You are Free de Cat Power. Me parece un disco hiper consolidado de principio a fin. Es el otoño hecho canción. Recomiendo escucharlo en esa estación del año.

 

Por Jose Luis Morelli & Flor Carrera Ph

 

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