RELATOS SALVAJES EN PROFUNDIDAD: PRESENTAN LIBRO DEDICADO A LA PELÍCULA DE DAMIÁN SZIFRON

Desde La Plata, Hernán Moyano y Sabrina Moyano editan Crónicas Salvajes, un libro dedicado a la realización de la película más vista del cine argentino.

El próximo 21 de agosto se cumplen 10 años del estreno de Relatos Salvajes de Damián Szifron la cual se convirtió en la película mas vista de la historia del cine Argentino desde que se tienen registros de concurrencia a salas. La película no solo fue un éxito nacional sino que se convirtió en una de las películas mas comentadas y vendidas en el mercado internacional.
Crónicas Salvajes es un libro compilado a partir de los testimonios de gran parte del equipo técnico y artístico y del propio Damián Szifron, quienes relatan aspectos desconocidos de la génesis de la película. El libro está compilado por Hernán y Sabrina Moyano y busca acercar a realizadores, estudiantes y amantes del cine algunas herramientas para comprender la complejidad del arte cinematográfico y homenajear la obra del director nacido en Ramos Mejía.
Crónicas Salvajes es un complemento indispensable a la aclamada película de Szifron. El libro nos sumerge en un viaje detrás de las cámaras, revelando las fascinantes historias que dieron vida a cada escena, cada personaje, cada giro inesperado.
Con un estilo narrativo que combina la profundidad analítica y la vivacidad descriptiva, la publicación independiente  nos invita a explorar los entresijos de la creación cinematográfica. Desde los primeros destellos de inspiración en la mente del director hasta los últimos retoques en la sala de edición, este libro es un testimonio del ingenio y la pasión que impulsa el arte del cine.
Aquí, las voces de los actores, productores, y técnicos se entrelazan en un coro polifónico, contando historias de desafíos superados, de colaboraciones inesperadas, de momentos de genialidad pura. Cada capítulo es una ventana a un mundo donde la realidad y la ficción se fusionan, donde la magia del cine se hace tangible.
Relatos Salvajes no es solo un libro sobre una película; es una celebración del poder del cine para transformar, conmover y, en última instancia, revelar la complejidad de la condición humana.
Todas las entrevistas formaron parte del especial dedicado a la película que se emitió en el programa radial El pacto Copérnico, que capitanean hace años los hermanos Moyano, en distintas emisoras platenses.
De manera formal, se debe presentar a Hernán Moyano como director, productor, documentalista, guionista y director del festival Gritos en el Planetario (La Plata). Como cineasta consumado, su presencia se multiplica en distintas ciudades latinas. En ese sentido, Moyano también supo saltar la distancias, llegando a Europa por diferentes proyectos, así también como para recibir premios.
Por encima de lo protocolar de su CV, Moyano es una criatura que respira cine a toda hora. Cuando no está concentrado en desarrollar guiones o abocado a algún rodaje particular, canaliza sus energías en la divulgación de cine, especialmente el género. No extraña que sea Moyano quien haya logrado concretar un libro acerca de Szifron: ambos realizadores comparten una actitud de entrega para el séptimo arte, comprendiendo que se trata de la aventura definitiva.


Relatos Salvajes
, dirigida por Damián Szifron y estrenada en 2014, es una película argentina que ha capturado la atención de críticos y académicos por su originalidad y profundidad en la exploración de temas sociales. La película se compone de seis relatos independientes que giran en torno a la venganza y la furia humana, utilizando el humor negro y el drama para construir una narrativa que resuena tanto en el contexto argentino como en un ámbito global.
La película aborda una serie de temas universales a través de un prisma local, reflejando las tensiones y frustraciones de la sociedad argentina contemporánea. La representación de la desesperación y la injusticia social en Relatos Salvajes ofrece una crítica mordaz a las instituciones y normas sociales. Cada relato destaca diferentes formas de violencia y venganza, sugiriendo una visión pesimista sobre la condición humana y las estructuras de poder.
Uno de los relatos, examina la corrupción y la desigualdad social a través de la historia de un pastelero que enfrenta la injusticia del sistema judicial. Otro relato presenta una confrontación en la carretera que se convierte en una representación simbólica del conflicto y la competitividad social. Esta variedad de enfoques permite una reflexión profunda sobre la naturaleza de la violencia y la venganza, subrayando cómo las instituciones y las normas sociales pueden fallar en proporcionar justicia.
Szifron utiliza un estilo narrativo que mezcla el humor negro con el drama, creando una experiencia cinematográfica que es tanto entretenida como perturbadora. La estructura de antología permite a Szifron explorar una gama amplia de emociones y situaciones sin estar restringido por una narrativa lineal. Esta estructura no solo enriquece la experiencia visual y emocional del espectador, sino que también permite una crítica más matizada de la sociedad.
Estéticamente, la película se distingue por su uso audaz del color, la música y el ritmo. La fotografía y el diseño de producción varían entre los relatos, lo que subraya la diversidad de escenarios y situaciones. Esta variabilidad en el estilo visual refuerza la capacidad de la película para abordar diferentes aspectos de la experiencia humana de manera efectiva.
Relatos Salvajes ha sido ampliamente elogiada por su habilidad para mezclar comedia y drama, creando un espacio para la reflexión sobre la condición humana en un contexto social específico. La película recibió una ovación de pie en el Festival de Cine de Cannes y fue nominada al Oscar a la Mejor Película Extranjera, lo que destaca su impacto en el ámbito cinematográfico global.
La recepción crítica ha sido en general positiva, con muchos críticos alabando la originalidad de Szifron y la habilidad de la película para combinar elementos de comedia y tragedia de manera efectiva. Sin embargo, también ha habido críticas sobre la representación de la violencia, que algunos consideran excesiva o sensacionalista. Estas críticas, aunque válidas, también subrayan la capacidad de la película para provocar discusión y reflexión.
Relatos Salvajes de Damián Szifron es una obra cinematográfica que ofrece una visión penetrante de la sociedad a través de una mezcla única de humor negro y drama. Su relevancia radica en su capacidad para abordar temas universales de venganza y justicia a través de una lente específica y local, proporcionando una crítica mordaz de las instituciones y normas sociales. Su estilo narrativo y estético innovador, junto con su impacto cultural y crítico, consolidan su lugar como una película significativa en el panorama cinematográfico contemporáneo.

Es Hernán Moyano quien explica el origen del libro y se adentra en el universo cinematográfico de Szifron, analizando la película que ahora celebra una década de vida, otra vez en las pantallas gigantes de la Argentina.

-¿Cómo surge la idea de dedicarle un especial dedicado a Relatos Salvajes? 

La idea de este libro surge de la admiración que siento por Damián, una admiración que nació con Los Simuladores. Encontrar un director que comparta el amor casi enfermizo por el cine, como lo hace Damián, es algo realmente difícil para alguien como yo, que vivo el cine las 24 horas del día, los 7 días de la semana. No hay muchos directores que sean tan apasionados al desarrollar y ejecutar sus proyectos, y que además no teman hacer públicas y visibles sus referencias cinematográficas, literarias y pictóricas, como lo hace Damián. En mi caso, me siento profundamente identificado con el cine que él ama y que revisita, porque es el mismo que formó a nuestra generación. Los que crecimos educándonos con Sábados de súper acción reconocemos rápidamente a otro par.
Recuerdo el día en que vi El fondo del mar en su estreno en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Me impactó cómo lograba, con una película austera, generar un clima tan tenso y enrarecido, además del trabajo de desarrollo del guion y, sobre todo, de sus personajes. Sentí que estaba ante un director que, además de entretener, proponía una indagación profunda sobre la psique humana y su comportamiento. Creo que, de hecho, eso es lo que Damián ha venido haciendo desde sus primeros pasos en el cine. Con cada película, profundiza un poco más en ese campo. A la vez, siento que también exorciza muchos de sus demonios, lo cual me parece fundamental, ya que aquellos que trabajamos en el arte lo hacemos precisamente para liberar lo que, de otra manera, explotaría dentro de nosotros.
Por todas estas razones, y por coincidir con su mirada del cine y de la vida, siempre he considerado a Damián como un referente. Desde el nombre de mi programa de radio, El pacto Copérnico —título de uno de los mejores capítulos de Los Simuladores—, siempre intentamos rendirle homenaje. El especial de Relatos Salvajes nació un poco como respuesta a la tendencia de resumir las películas, lo cual me parece una aberración. Es un síntoma de la época, en la que todo tiene que ser breve y alguien tiene que masticarlo por nosotros antes de consumirlo. Es la muerte del análisis y la profundidad. Desde ese malestar surge la idea de profundizar en las obras que analizamos o revisamos en el programa. Por eso, para Relatos Salvajes preparamos cinco programas de dos horas, analizando todos los detalles de la génesis y la concreción de la película. De esos especiales nace el libro Crónicas Salvajes.

-Luego de una década de disfrutar, estudiar, repasar y deconstruir la película, ¿hoy con qué mirada la ves?  ¿Seguís descubriendo cosas?

Totalmente. Me parece una obra que ha resistido el paso del tiempo. A diez años de su estreno, sigo analizándola y compartiéndola con mis alumnos en las clases de cine. Relatos Salvajes es, a mi parecer, la obra de un director que capta con precisión el clima de la época, estando profundamente en sintonía con lo que sucede en el mundo, pero, sobre todo, con su propia sociedad. No es casualidad que tanto un joven de 14 años como una señora de 80 se rían de los mismos chistes; ahí se revela una sensibilidad que solo los grandes directores poseen. En el libro, no hay un solo actor o técnico que no hable de la conciencia de Damián Szifron como un autor total, involucrado en cada área, en cada decisión, y en cada camino que la película debía recorrer. Szifron sabía exactamente qué tecla tocar, y cuando diseñó la película lo hizo con la intención de ofrecer una reflexión profunda sobre el ser humano y su lado más salvaje, pero también pensando en un público muy amplio. No son muchos los directores que logran ser populares y profundos a la vez, y Relatos Salvajes es un claro ejemplo de ello.

-¿Tenés algún capítulo favorito dentro de la película? ¿Por qué particularmente te gusta ese?

Sí, “La Propuesta” me parece el capítulo más oscuro y realista de todos. En él, Szifron nos sumerge en una situación en la que nos vemos obligados a tomar partido, y acabamos reflexionando sobre los privilegios de la clase alta, en una línea similar a lo que sucede en el capítulo “Las Ratas.” En ese episodio, Rita Cortese exterioriza su visión del mundo, mostrando cómo los hijos de puta gobiernan mientras que los humildes son oprimidos y obligados a pagar por sus actos.
Además, encuentro brutal la puesta en escena y las decisiones que toma Damián al mostrar esa fastuosa casa en Acassuso y sus habitantes. Damián opta por no mostrar los puntos más ostentosos de la casa para que el público sienta que no hay ostentación, sino que los personajes viven su realidad de manera natural. La intención de Damián era que la pareja formada por María Onetto y Oscar Martínez no representara a los típicos garcas de Nordelta, sino a personas que habían hecho su fortuna trabajando y que ahora se enfrentaban a un dilema: proteger a su hijo o mantener su integridad moral.
Ademas me parece el más sutil de todos los capítulos a nivel puesta y actuaciones. No dejo de analizarlo con el paso del tiempo.

-En su momento la película estaba en todos lados. Nadie quería quedarse afuera, todos tenían algo para decir o querían tener algo para decir.¿Por qué fue un fenómeno transversal Relatos Salvajes? Esto también lo remarca Rita Cortese en el libro: la película se convirtió en una discusión obligada en las calles.

Creo que Szifron, como mencioné antes, supo captar el clima de la época. Es un director al que asocio con Patricio Rey, no solo por su halo de misterio, sino también por el meticuloso cuidado con el que aborda sus proyectos y sus escasas apariciones públicas. Sin embargo, lo que más destaca en Szifron es su profunda conexión con la realidad que lo rodea. Como los grandes directores, observa el mundo con la curiosidad de un niño, pero con la profundidad analítica de un artista.
Es en ese contexto que siento que Szifron buscó ampliar el público objetivo lo más posible. No es casualidad que el lema de la película sea “Todos podemos perder el control”. No se dirige a un nicho particular, sino a todos. Además, la violencia y la opresión son temas universales. Las instituciones, totalmente corrompidas por el hombre, y cómo esto afecta a nuestras sociedades, son cuestiones que resuenan en cualquier lugar. ¿Quién no ha sentido, aunque sea por un día, el deseo de patear el tablero y dejarse llevar por sus pulsiones más salvajes?

-Por tu carrera siempre estás viajando por Latinoamérica, trabajando con profesionales del cine de distintos países y culturas diversas. ¿Cómo se recibió la película por Sudamérica? ¿Qué idea tienen los realizadores latinos sobre Szifron? 

Relatos Salvajes ha sido una película que ha trascendido las fronteras de distintas sociedades. No es casualidad que sea una de las películas argentinas más vendidas internacionalmente. Cuando uno elige abordar temas universales, una película puede conectar tanto con el público local como con un espectador al otro lado del mundo. Eso es lo que ha sucedido con esta película. En mayor o menor medida, todos los países están marcados por la opresión, las instituciones corruptas, la desigualdad y el miedo a dejar caer nuestras propias censuras.

-Sos un tipo formado en el cine de género. Desde hace décadas sostenés ese estandarte, tanto en Argentina como en toda Latinoamérica.  ¿Qué sentís cuando hay fenómenos de taquilla como Cuando acecha la maldad o Relatos Salvajes?

Me alegra enormemente porque siento que el trabajo que hemos venido realizando durante más de dos décadas finalmente está reflejándose en la taquilla, y cada día hay más público interesado en nuestras películas. Nuestra generación ha tenido que aprender a hacer cine, a financiarlo, a crear las condiciones para que esto sea posible, a establecer festivales especializados, a difundir nuestras producciones en los medios, a elevar la calidad técnica y artística, y a formar un público que disfrute de nuestras películas. Ha sido una epopeya que, para quienes hemos sido parte de ella, nos llena de orgullo y nos recuerda la gran responsabilidad que tenemos de seguir impulsando y creando espacios para el género.

por Lucas Canalda

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