BRAVA, UN FESTIVAL PARA LA COMUNIDAD DE CHICAS AMPLIFICADAS

Este jueves 3 de julio llega BRAVA, un festival que busca recaudar fondos para la quinta edición de la colonia de rock Chicas Amplificadas. Con las presentaciones de Paula Maffía, Carmen Sánchez Viamonte y Bestias —ensamble producido por Lula Bertoldi, Jorgelina De Agostino y Guadalupe Mol—, la cita será en La Tangente.

El jueves 3 de julio a las 20.30 hs en La Tangente (Honduras 5317) se llevará a cabo BRAVA, festival a beneficio de Chicas Amplificadas. Con las presentaciones de Paula Maffía, Carmen Sánchez Viamonte y Bestias –ensamble de músicas producido por Lula Bertoldi, Jorgelina De Agostino y Guadalupe Mol–, este encuentro se propone recaudar fondos para la 5ª edición de la colonia de rock Chicas Amplificadas, que se desarrollará en julio en Martín Coronado, Buenos Aires. Entradas a la venta aquí.
Chicas Amplificadas es un proyecto musical y social sin fines de lucro que tiene como objetivo promover el acercamiento al rock entre chicas y chicxs de 7 a 17 años. A lo largo de una semana, se brindan talleres de formación en lenguaje musical, diseño de arte de tapa, historia de las mujeres y disidencias en el rock –entre otras actividades–, en un espacio seguro donde se les invita a jugar y explorar con instrumentos musicales, armar una banda, componer una canción, ensayarla y compartirla en un recital a modo de cierre para sus seres queridos.
Chicas Amplificadas es el resultado del trabajo colectivo, voluntario y autogestivo de artistas y profesionales de distintas áreas que se identifican como mujeres cis, personas transgénero, no binarias y disidentes, y que apuntan a lograr la equidad de género y la igualdad social mediante su compromiso con la música y la educación.
Este proyecto forma parte de una red regional de iniciativas similares que se desarrollan en Brasil, Perú y Paraguay, y está integrado a Girls Rock Camp Alliance, un movimiento global que impulsa un futuro feminista interseccional a través del arte y la música.
En Argentina, los primeros talleres de rock comenzaron en el año 2016 y luego se realizaron colonias de una semana en 2018, 2019, 2023 y 2024. Desde sus inicios, las actividades se sostienen mediante contribuciones benéficas, donaciones y voluntariado.
Iniciativas como Chicas Amplificadas son fundamentales para crear espacios seguros y empoderadores donde niñas y adolescentes puedan explorar su creatividad y construir confianza a través de la música. Estos campamentos no solo enseñan habilidades técnicas como tocar instrumentos o componer canciones, sino que también fomentan el trabajo en equipo, el liderazgo y la expresión personal en un ambiente libre de juicios y estereotipos de género. En un contexto donde la industria musical sigue siendo dominada por hombres, este tipo de espacios resulta vital para equilibrar las oportunidades.

Además de la enseñanza musical, Chicas Amplificadas tiene un fuerte componente de transformación social. A través de talleres sobre identidad, autodefensa, derechos y representación, las participantes adquieren herramientas para cuestionar los roles de género impuestos y para reconocer su voz y su lugar en el mundo. La combinación de música y activismo genera un impacto que trasciende lo artístico, fortaleciendo la autoestima y el sentido de comunidad entre las chicas.
Por último, el alcance de estas iniciativas va mucho más allá de los días que dura el campamento. Muchas ex participantes continúan su vínculo con la música, crean bandas, se involucran en movimientos feministas o incluso vuelven años después como mentoras. Este efecto multiplicador convierte a Chicas Amplificadas en un semillero de nuevas generaciones de músicas y activistas, que no solo ocupan espacios tradicionalmente negados, sino que además los transforman desde una perspectiva inclusiva y diversa.
Más allá de Girls Rock Camp en Estados Unidos, surgieron algunas experiencias similares en distintas partes del mundo, adaptándose a las realidades y necesidades locales.
En América Latina, por ejemplo, países como Brasil y Chile han desarrollado sus propias versiones de estos campamentos, como el Girls Rock Camp Brasil o el GRRRL Power en Santiago, donde además de los talleres musicales se abordan temáticas como la violencia de género y la diversidad cultural. Estos espacios no solo brindan acceso a la música a niñas que en muchos casos enfrentan barreras económicas, sino que también crean redes de apoyo feminista entre participantes y organizadoras.
En Europa, el movimiento también ha encontrado eco en ciudades como Berlín, Londres y Estocolmo, donde colectivos locales organizan campamentos bajo la misma filosofía de empoderamiento a través de la música. En algunos casos, como en Alemania, se han creado versiones inclusivas para jóvenes trans y no binaries, ampliando el alcance y la diversidad de estas iniciativas. Estas experiencias internacionales demuestran que, aunque los contextos socioculturales son diferentes, la necesidad de espacios seguros y creativos para chicas y disidencias en la música es un fenómeno global que sigue creciendo y fortaleciéndose.

En Argentina, Chicas Amplificadas logró generar una comunidad que es tanto artística como política, y que se sostiene desde hace años.
El impacto del proyecto quedó retratado en el documental Amplificadas, dirigido por Sonia Bertotti y Verónica Facchini, que muestra el proceso de empoderamiento que viven las chicas a lo largo del campamento.
La película establece un diálogo entre la experiencia de la colonia y el ciclo musical transfeminista Dilda, visibilizando cómo mujeres cis, trans y personas no binaries se apropian del rock para romper con el machismo estructural de la escena musical. Con testimonios de referentes como Barbi Recanati, Marilina Bertoldi y Las Ex, el documental refleja el crecimiento artístico y personal de las participantes, que en pocos días logran crear sus propias canciones y presentarlas en un show final abierto al público.

La realización de BRAVA el próximo jueves es otro paso para seguir afirmando una comunidad que nunca cesó de crecer, aun a pesar de los reveses económicos o las marejadas políticas conservadoras.
“Chicas Amplificadas es una colonia de rock argentino, autogestivo, musical y sin fines de lucro para chicas y chiques de 7 a 17 años. Ofrecemos una colonia de una semana en vacaciones de invierno para crear bandas de rock”, explican desde la organización, días antes del festival.
“Es una experiencia empoderadora en un clima de amistad, confianza, diversidad y creatividad. Estamos conformadxs por músicxs, artistas, educadorxs y entrenadorxs comprometidxs con la música, la educación y las acciones para lograr la equidad de género y la igualdad social”.
“Nuestra misión es empoderar a chicas y chiques a través de la música, para fortalecer su autoestima, generar lazos de solidaridad, impulsar su protagonismo, promover el pensamiento crítico y fomentar la creación colectiva. Ponemos énfasis en la inclusión social y el respeto por la diversidad, convocando a personas de distintas comunidades y experiencias para generar lazos significativos y promover cambios positivos en el mundo”
, destacan.
“La verdad es que nunca pensamos que esta red iba a crecer tanto”, observan sobre la comunidad alrededor de Chicas Amplificadas.
“Estamos muy agradecidas de que año a año se anoten voluntarixs que vienen a destinar su tiempo, sus saberes, su compromiso para con el proyecto. Sin esas personas la colonia sería imposible de llevar a cabo, así que estamos muy felices de contar con esa red tan querida”.
“Sobre todo, también, que esta red se extienda sudamericanamente. Contamos con voluntarixs de Brasil, de Chile, de Uruguay, de Paraguay, de Bolivia, y año tras año esta red se va fortaleciendo y, en ese intercambio, vamos creciendo. Así que para nosotras es pura felicidad contar con estas personas que se anotan para destinar su tiempo con Chicas Amplificadas”
, destacan.


A lo largo de los años, el equipo de Chicas Amplificadas fue testigo del crecimiento artístico y personal de varias camadas de participantes. Muchas de ellas comenzaron su vínculo con la música siendo niñas, con apenas 10 años, y hoy, ya con 17 o 18, están llevando adelante sus propios proyectos.
El paso del tiempo permitió ver cómo esos primeros encuentros con los instrumentos, la composición y el trabajo colectivo sembraron una semilla que siguió creciendo. El proyecto no solo funcionó como un espacio formativo, sino como una red que permanece y acompaña.
Un momento especialmente significativo fue el “egreso” de un grupo de chicas que venían participando desde hacía varias ediciones consecutivas. Para las organizadoras, ver cómo esas participantes transitaron distintas etapas dentro del espacio y sostuvieron el lazo a lo largo del tiempo resulta profundamente emocionante. La continuidad del vínculo demuestra que Chicas Amplificadas no es solo una experiencia aislada de una semana, sino un punto de partida que genera procesos de largo alcance, tanto a nivel personal como colectivo.
El impacto también se refleja en nuevas formas de participación: el año pasado, una ex participante regresó al campamento, pero esta vez como voluntaria, asumiendo un rol de acompañamiento y guía para las más pequeñas. Además, actualmente está desarrollando su propio proyecto solista, lo que representa un paso más en su camino artístico. Desde el equipo organizador destacan que el crecimiento de las chicas no solo se da en lo musical, sino también en múltiples lenguajes artísticos y expresivos. Ver cómo esas primeras semillas comienzan a dar sus propios frutos es, para las organizadoras, una de las mayores recompensas del trabajo colectivo y sostenido en el tiempo.

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