Luego de meses de profusa actividad en vivo, el quinteto presenta su primer single, producido por Nico Landaburu y Pati Muntaabski. Hiperforma llega este viernes 6 de junio a todas las plataformas.
Te traemos una pre escucha exclusiva, junto a la palabra de la banda.
Hace diez meses que Princesa Tetrabrik irrumpió en el escenario subterráneo rosarino como una propuesta renovadora, tanto estética como anímicamente.
La banda está integrada por Mery en voz y guitarra, Lush en guitarra, voz y diyeridú, Cass en batería, Claru en bajo y Theoos en sintetizador y live.
Desde su debut en Casa Mona, la primavera pasada, Princesa demostró un instinto natural por el arte de lo impredecible.
El quinteto es hibridación pura: performance, punk, un desborde combinatorio de pistas y distorsión garagera, algún juguete sonoro, el diyeridú y sampleos de discursos populares.
Debajo de todo eso, las canciones parecen salidas de una urbe de arterias húmedas y techos bajos; podrían ser de La Plata, o de los barrios rosarinos que todavía no fueron deformados por edificios y torres de constructoras.
En ese horizonte de techos bajos, donde tanto el cielo como la noche se recortan cercanos, es posible mirar las estrellas para fantasear, o mirar directo al sol hasta tener un trip confuso y convulso.
Esa impredecibilidad contagiosa es parte de su experiencia: entre lo hermoso y lo extraño, entre lo áspero y lo romántico.
En una contemporaneidad que busca constantemente el control, la lógica y la previsión, lo impredecible se presenta como un acto de rebeldía creativa.
El arte de lo impredecible no responde a normas fijas ni a resultados esperados: nace de la intuición, del caos, del instante que rompe la rutina y genera nuevas formas de ver, sentir y pensar.
Ya sea en la literatura, la música, el cine o las artes visuales, lo impredecible invita a romper estructuras. Un giro narrativo inesperado, una nota discordante o una perfo que descoloca pueden ser catalizadores de reflexión y emoción.
Este arte no busca necesariamente agradar, sino despertar. Su fuerza reside en el desconcierto que provoca, en su capacidad de desafiar nuestras certezas.
Crear desde lo impredecible también es un riesgo. Implica renunciar al control total sobre la obra, abrirse a lo espontáneo, aceptar el accidente como parte del proceso.
No todos los resultados serán comprendidos, no todos serán apreciados. Pero ahí reside también su fuerza: en su autenticidad, en su valentía, en su capacidad de explorar terrenos nuevos y desconocidos.
Además, lo impredecible es profundamente humano. Somos seres de hábitos, pero también de asombros.
El arte que sorprende se conecta con esa parte vital que se resiste a la repetición.
En tiempos dominados por algoritmos, patrones y sorpresas anunciadas, lo impredecible se vuelve un espacio de libertad.
Así, cultivar lo inesperado no es solo un recurso estético: es una filosofía.
Un recordatorio de que, a veces, lo más auténtico y revelador surge justo cuando no lo esperábamos.
En este caso, en una Rosario planchada por las sucesivas olas conservadoras.
Desde sus primeros bosquejos en vivo, la banda supo entregarse a la sorpresa, disfrutando de romper estructuras.
En esa entrega había mucho más de lo aparente. Princesa Tetrabrik también busca borronear toda expectativa, tanto las ajenas como las propias.
Además de ejercicio artístico, esa acción era —es— diversión.
Pero el vivo lo permite casi todo. Grabar es otra cosa.
Darse a conocer al mundo, con una primera carta de presentación, supuso otros desafíos.
Llegada su primera incursión dentro del estudio, la situación deparaba cierta curiosidad.
¿Cómo condensar ese torrente de ideas y energías? ¿De qué manera encarar las canciones que aún estaban encontrando su forma? ¿Qué material grabar? ¿Cómo debía sonar?
En el verano, a medida que las sesiones avanzaban, el grupo comentaba los pasos de manera informal.
Era raro escucharse. Faltaban cosas.
Paciencia. Mucha paciencia.
Afuera, las noches de calor abrasador.
Mery tenía una idea clara: “en vivo todo trasheado, re divertido, pero yo quiero que cuando grabemos se escuche todo chiche, bien Alan Parsons”.
La banda estaba decidida a seguir creciendo.
Princesa Tetrabrik en Bon Scott, 2024 – Nacho Abstract
Hiperforma se grabó en Rosario durante los primeros meses de 2025. La canción fue producida por Nico Landaburu (alias Niño Zoom, de Bubis Vayins), mientras que Pati Muntaabski (Las Formas, Jimmy Club, Los Cristales) estuvo a cargo de la grabación y la mezcla. Finalmente, el masterizado estuvo en manos de Mr. Warrior, reconocido por su trabajo junto a Juana Molina, Buenos Vampiros y Fin del Mundo, entre muchos otros proyectos.
Sobre el proceso de producción, el quinteto comenta: “Nico es un manija, e impulsó la formación de la banda. Él recomendó a Claru para el bajo, y no podría haber sido una mejor decisión. Ya desde los ensayos podríamos decir que Nico fue nuestra primera groupie”.
“Cuando estábamos charlando sobre cómo producir el tema, Nico nos dijo: ‘Primero vamos a grabar todos los instrumentos y la canción va a estar muerta, y de a poco vamos a ir dándole vida de nuevo’. La propuesta a lo Frankenstein nos compró. Él dijo que se iba a encargar más de la parte de producción y nos contactó con Pati para hacer la grabeta y la mezcla”.
“Aunque cada integrante de la banda tiene una trayectoria artística diferente, para muches esta fue nuestra primera experiencia grabando. Le teníamos miedo al metrónomo y sentíamos cringe a cada segundo, porque no es fácil escucharse. Tanto Pati como Nico nos re acompañaron en ese proceso, con una escucha atenta, selecciones minuciosas y buena recepción de las propuestas que íbamos sumando”, comparten.
“Sentimos un compromiso muy fuerte de parte de ellos para que el tema suene lo mejor posible y sea fiel a su esencia en vivo. Dentro de poco esperamos volver a laburar con ellos para grabar un EP y seguir dejando registro”, adelantan.
El arte del sencillo estuvo a cargo de VirZone
Hiperforma es un torrente eléctrico direccionado hacia una única meta: sacudirte.
Hay una intro con una risa de Lush que permanece casi percusiva, como un pensamiento intrusivo que quiere salir un rato para joder. Las risotadas se transforman en aullidos hasta que se vuelven socarronas, como loopeadas para girar alrededor de una hoguera festiva. Mientras tanto, Lush te recibe: “Bienvenides a la era en tensión”.
Tanto las guitarras como la batería están medidas, encauzadas hacia una canción que, desde su entripado rockero, mantiene una sensibilidad popera melódica desde las teclas, y que nos deja saber que Mery, además de guitarrista, performer y front-little monster, es cantante, con un timbre personal que seguirá desarrollándose.
La línea del bajo, inexpugnable, lo sostiene todo.
Estos detalles puntuales son los que, otra vez, confirman el dominio de la sorpresa que maneja la banda. El bajo volviéndose protagonista discreto; armonía y melodía sostenidas en una estructura potente pero no desbordada; Lush y Mery comprendiendo su rol vocal combinado.
Este debut dentro del estudio contribuye a reimaginar toda concepción que teníamos sobre la banda, dejando en claro su apuesta por sorprender y gambetear toda expectativa.
Aquí lo oculto toma brillo. La banda se permite la oportunidad de repensarse.
Asimismo, el quinteto entiende que un proyecto de banda es mucho más que sus integrantes formales, abriendo el juego a perspectivas externas como es el caso de Landaburu y Muntaabski. Si, como reza la frase Oesterheldiana más popular de la temporada, nadie se salva solo, Princesas parece entender que tampoco puede haber una gesta completamente solitaria y autosuficiente: la construcción es con otrxs.
El primer semestre de 2025 confirmó a Princesas Tetrabrick como la banda más inefable del under rosarino, con una seguidilla de fechas marcadas por la virtud de lo irrepetible.
En cada una de esas presentaciones, la banda fue mostrando nuevo material de manera prudente, sin apurarse por revelarlo todo.
Ahora, el estreno de Hiperforma llega para consolidar el gran presente que atraviesan. En ese sentido, este primer lanzamiento oficial ratifica su buen manejo de los tiempos: mientras en sus shows apuestan al frenesí, por fuera han elegido moverse con calma, planificando cada paso.
En junio, además del lanzamiento del sencillo, llega una parada clave: compartir fecha con Mujer Cebra y Los Ojos del Panda el viernes 13, una oportunidad para lucirse ante un público más amplio. La semana siguiente partirán hacia La Plata para tocar en Sala Áurea, junto a Tranza y Las Olas Rompen.
Ante todo, priorizan el paso a paso. La energía y la expectativa están puestas en Hiperforma.
“Grabar es una necesidad porque es la forma de plasmar los temas, que dejen de estar solamente en nuestro éter mental y en la experiencia del vivo, y pasen a ser algo tangible e inmortal. Es dejar un registro de existir en este mundo. Parafraseando al Nota: ‘Cuando las canciones salen, los sentimientos ya son viejos’”, explica Princesas, consultades sobre la expectativa del lanzamiento.
“También queremos dejar en evidencia el multifacetismo que contiene la banda. Sabemos que próximamente vamos a estar haciendo otros temas y tocando distinto. Queremos dejar un archivo de cómo somos y sonamos ahora. También acompaña la idea de expandirnos como banda y como artistas”, concluyen.
Por Lucas Canalda
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