Quiz Raptiliano #23: Franco Ingrassia

Quiz >  Cuestionario raptiliano para indagar en figuras de la cultura desde una óptica diferente.
Diez preguntas universales sobre el tiempo que habitamos + un puñado de interrogantes extras sobre su campo de acción.
Ilustraciones > Sebastián Sala

Franco Ingrassia es psicoanalista e investigador.
Coordinó y publicó Estéticas de la dispersión (Beatriz Viterbo, Rosario, 2013) y La socialidad (Hekht, Buenos Aires, 2013). Además contribuyó con artículos en revistas como El Rodaballo y Campo Grupal (Argentina), Mute (Inglaterra), El viejo topo (España) y Derive Approdi (Italia).
Formó parte de Sumergido, grupo seminal del post rock rosarino, y que inició el colectivo Planeta X. Hoy lleva adelante el proyecto experimental Audiodelica.


¿Cuál es tu humor por las mañanas?

Pre-café, ni siquiera llega a ser un humor. Post-café, bastante bien.

¿Quién es tu héroe /heroína? ¿Por qué?

Mis únicxs heroínas/héroes en este son lxs héroes colectivos. particularmente, las experiencias de autoorganización de quienes no tienen casi nada más que su propia potencia de construir lo común: los comedores y merenderos que en plena pandemia hacen posible el vínculo social y la subsistencia alimentaria. acá algunas experiencias: http://ciudadfutura.com.ar/trabajo-invisible/

¿Qué experiencia fue fundamental para que decidieras dedicarte a lo tuyo?

No sé bien qué sería lo mío. Pero tanto en la clínica como en la militancia como en la música, creo que lo más fuerte fue sentir que lo más interesante de la vida era lo que pasaba en la cooperación, cuando de la acción colectiva resultaba una potencia que iba más allá de la suma de los aportes “individuales”.

¿Cuál fue tu primer trabajo? ¿Aprendiste algo valioso?

Mi primer trabajo fue como acompañante terapéutico. Aprendí algo valiosísimo: que la experiencia siempre enseña y que no se termina nunca de aprender.

¿Qué te preocupa acerca del futuro inmediato?

Que esa pasión por la desigualdad que llamamos individualismo, bloquee las acciones de cuidado ante la pandemia y que se produzcan muchos contagios y muertes evitables.

¿En alguna ocasión te sentiste abrumadx por las redes sociales? ¿Por qué?

Los dos primeros años que tuve tuiter estuve abrumado. No podía creer que hubiera tanta gente dispuesta a expresar públicamente esos niveles de odio, cinismo y crueldad.

¿Qué tipo de placer culposo disfrutás a escondidas?

El cine de artes marciales. Cuanto más clase b, mejor.

¿Cuán importante es el ocio en tu vida cotidiana? ¿Es imprescindible?

Me cuesta mucho entender cómo se puede soportar vivir en este mundo sin el refugio en la música y los libros, las series y las películas, las artes visuales y la fotografía.

¿En algún momento sentiste paranoia sobre los algoritmos?

No sé si la paranoia se siente. y, en todo caso, si se siente, no se siente como paranoia. 😀
Lo que siento es que el algoritmo de Spotify me conoce íntimamente. y que el documental Nada es privado (Karim Amer, Jehane Noujaim, 2019) señala problemas políticos que van a ser cada vez más centrales en la batalla por las formas de vida.

A raíz de la pandemia, se trazaron un aluvión de interrogantes por todo el mundo. De repente, hay fuertes replanteos al sistema, nuestros hábitos de vida, la relación que mantenemos con el ecosistema, los privilegios de género, etcétera. Entre tanto, se repite, una y otra vez, que estamos ante “una oportunidad histórica” de repensar al sistema, a la humanidad, y podríamos seguir. Mi pregunta es: ¿Te parece que somos capaces de pensarnos como actores de la historia cuando estamos sumidos en una vorágine cotidiana de dispersión y hábitos efímeros?

Pensar es siempre una actividad que se realiza a contracorriente del modo en que las cosas existen. El pensamiento siempre tiene que construir primero sus propias condiciones de existencia. Hoy el modo de existencia es el de la vorágine cotidiana y los hábitos efímeros. Y esto es un problema para el pensamiento. Antes el modo de existencia era el de la disciplina repetitiva y, antes de eso, el del peso de las tradiciones. Y también eran problemas para el pensamiento.
Así que mi respuesta a la pregunta es afirmativa. Me parece que somos capaces de pensarnos como actores de la historia en condiciones de dispersión. y que, si nos organizamos colectivamente, también somos capaces de aprovechar esta oportunidad histórica e inventar un nuevo mundo más igualitario y, por eso mismo, con mucha más libertad para todxs.

Ante la situación de cuarentena y aislamiento se presenta casi un imperativo de productividad: debemos aprovechar el tiempo ciento por ciento, debemos ser productivos; pensamos el valor del tiempo como productividad. El ocio, la angustia, o simplemente estar, no parecen ser posibilidad. ¿Ya estamos casi condicionados por el sistema que pensamos en producir casi como un acto reflejo? ¿O, quizás, realmente se deba a que subyace un temor a lo que puede aparecer cuando estamos con nosotros mismos sin distracciones?

Creo que las dos cosas. Y que, además, una alimenta a la otra. el temor a lo que puede aparecer cuando no estamos produciendo es motor de un sistema que se beneficia de esa productividad.
Me parece crucial que asumamos que estamos en una situación inédita, que nadie sabe del todo qué está pasando y qué puede llegar a suceder en el mediano/largo plazo y que todos estamos haciendo lo que podemos. y, a veces, todo lo que podemos hacer es angustiarnos (“el único afecto que no engaña” decía Freud), distraernos o simplemente estar (cosa mucho más difícil de lograr de lo que parece). Hay que hacerle lugar a esto y, también, a la posibilidad de producir, mientras el deseo acompañe y las condiciones sociales y económicas lo permitan.

 

 

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