SEÑORES VUELAN EN BRODA – EXCLUSIVO RAPTO

El trío despliega alta dosis funky en el estreno que llega este domingo a las 22hs por YouTube.

Luego de la descarga adrenalínica de Chulimane en el comienzo de su cuarta temporada, BRODA se prepara para una sesión de intensidad bailable con la vibra pistera de Señores Vuelan.
Señores Vuelan forma parte de una escena rosarina que convive felizmente entre funk, neo soul e indie pop.  Más allá de las diferencias estéticas características de cada género las tres propuestas tienen un objetivo común: poner el cuerpo en acción.
Darle play a Space Pleasure, su LP de cosecha 2020, es entrar en movimiento, haciendo de cada ocasión una pista, sea escuchando con auriculares en la calle, bailando en la ducha o tirando pasos en el living de casa. El disco dura 30 minutos combinando partes sustanciales de funk y disco, pizcas de soul y de pop estilizado. Con siete canciones y un interludio, Space Pleasure mantiene una consistencia enfocada en el mood. El disco se siente genuino porque es honesto con sus pretensiones: suena bien; va directo al punto; entrega la dosis necesaria, pegando justo donde hace falta.
Yiró Session es la novedad más reciente del grupo, cuatro canciones (dos propias y dos covers) que refuerzan la propuesta clara del grupo: arreglos ordenados, líneas vocales impolutas (¿cuánto tiempo de perfeccionamiento le habrán dedicado?) y la siempre ideal excusa de encontrarse para bailar.
Space Pleasure fue producido, grabado, mezclado y masterizado por Jeremías Sorrequieta quien abrazó la tarea estando en cada uno de los detalles posibles. Días antes del estreno de la nueva sesión BRODA, este todoterreno del estudio responde las preguntas de RAPTO.

 

El origen

Señores Vuelan se forma en febrero del 2018 a partir del ensamblado de tres músicos: Felipe Carné, Andrés Sarich y Sorrequieta. La vida los cruzó y cuando se dieron encuentro en el estudio entendieron que aparecía algo especial. De esa manera se embarcaron en una aventura con un plan concreto: pasión y claridad de objetivos. El trío encontró rápidamente una forma de retroalimentar al proyecto, cocinando todo desde adentro: producción musical, producción audiovisual, gestión y química.
Los principios de la banda coincidieron con las primeras épocas de Sorrequieta en el oficio de la producción artística. El primer año del grupo se abocó a jugar, experimentar y conocerse a fondo hasta afianzar la piel necesaria para un proyecto serio. Las canciones empezaron a salir, la producción del material iba a la par.
El escenario fue el paso siguiente. En 2019 salieron a la cancha. Volver sobre los pasos del grupo nos lleva al rastro de recitales en Capitán Bar o en espacios abiertos, simplemente tocando al ras del pasto, con la gente divirtiéndose en una pista de baile improvisada. Hoy parecen vivencias propias de décadas atrás, casi de otro mundo, pero apenas pasaron tres años.
En 2020, ya afianzados, el grupo emprendió una gira por Uruguay, tocando de visitantes ante un público siempre diferente. El tour uruguayo, además, demostró ser fundamental para aprender otra pata importante de la música: la autogestión.
Justo antes que la pesadilla pandémica transforme nuestras vidas, Señores Vuelan giró durante todo febrero y la primera quincena de marzo por el país oriental. Hubo mucha música además vivencias compartidas tanto en lo musical como en lo artístico. Sosteniendo un paso estable el trío crecía, entendiendo que la conexión estaba lista para algo más.
Sobre esa experiencia Sorrequieta recuerda que “sirvió para encontrarnos con nuestro estilo. Se definió la identidad de la banda”. A la impronta del grupo Sorrequieta la considera como ancestral futurista. Esa definición parece echar algo de luz sobre lo que está por venir.
Sintiéndose seguro, el trío estaba listo para tomar el siguiente paso: grabar. Con Sorrequieta haciendo las veces de hombre-pulpo en el estudio, emprendieron la aventura.
Acerca de su labor en Space Pleasure, el productor comenta: “abracé todo el concepto sonoro. Logramos un lindo viaje, invita a escucharlo entero”.
Para profundizar en ese viaje, la banda produjo un video por cada canción del disco, realzando la meta de manejar cada frente artístico con la misma dedicación. De esa forma, la identidad visual del grupo no deja nada librado al azar, saltando hacia cada pantalla móvil, smart TV o laptop.

Space Pleasure empezó a cranearse en noviembre de 2019. Los tiempos de producción fueron parejos porque estaban bien encaminados estéticamente. Trabajando siempre de manera autogestiva, al regreso de la gira uruguaya la banda encaró deberes de agenda para salir a tocar, generando ingresos para sustentar el disco. Las fechas aparecieron, estimulando al grupo a seguir adelante. Sin embargo, pasaron cosas: la pandemia puso un freno al paso estable del grupo.
El trío no desperdició tiempo: con la incertidumbre por el COVID, la cancelación de fechas y el proyecto de grabar, sin dudarlo, empezaron a trabajar desde sus respectivos hogares, concentrados en sacar adelante el proyecto.
“La idea fue producir o producir”, apunta Sorrequieta. “Nos pegamos unos vicios importantes mentalizados en concretar el disco”, agrega.
Finalmente, la idea original de terminar el disco para mitad de año se pospuso hasta diciembre. El objetivo había sido concretado venciendo eventualidades que escapaban de la responsabilidad del grupo. ¿Pandemia? OK, produzcamos. ¿Cuarentena? OK, grabemos. ¿Distanciamiento social? OK, reforcemos esfuerzos cada uno desde su cueva.
Sorrequieta tomó la manija de la producción mientras el intercambio de archivos y data empezó a fluir. Ida y vuelta, con retoques, cada uno iba componiendo, tocando e intercambiando. Entre fases, la banda aprovechó para reencontrarse y grabar. Con paciencia el work in progress empezó a tomar forma.
“Creo que en cuatro meses lo teníamos cocinado al disco”, señala el productor. Con la parte musical completa, la tarea audiovisual comenzó.
Con la cabeza puesta en el material visual que acompañe los 30 minutos de música, el disco quedó descansando unos buenos meses. Para Sorrequieta eso marcó una enseñanza inolvidable: “podés producir todo en cinco meses, pero encontrar el tiempo justo es fundamental para completar el proceso de la manera más prolija posible. Siéndote sincero, a mediados de año yo pensé que el disco estaba listo para salir. Cuando lo retomé para publicarlo pude lograr unos retoques que marcaron mucho la diferencia”. Sorrequieta remarca que su lección fue respetar (y entender) los tiempos que demanda cada etapa. “Hay que tener paciencia. No es terminar el laburo, es encontrarle el tiempo que necesita”, remarca. “El proceso creativo de la música es muy abierto, no puede determinarse por fechas, tiene su propio ritmo. Los músicos tenemos que entender eso”, afirma.

La BRODA

Para Señores Vuelan la oportunidad de una sesión BRODA es algo anhelado. Esperaban su chance hace tiempo. Desde el vamos Sorrequieta aclara algo: “es un privilegio participar, por eso nos preparamos como corresponde. Valioso lo que están logrando para los artistas de la ciudad”.
Señores Vuelan preparó un set especial con canciones nuevas y una ya aparecida en Space Pleasure. Con la mentalidad puesta en la oportunidad de lograr un material de calidad, la banda consideró la sesión como un EP nuevo.
Sorrequieta admite que hay ansias por ver el material terminado. Por supuesto, para el músico y productor, la experiencia debe ser extraña: luego de haber grabado su sesión ahora se dispone a disfrutar del estreno siendo parte del público. Las ganas lo rebalsan. Se viene algo picante.

Como quedó claro, la banda se toma las cosas en serio, pensando cada nuevo movimiento. La música en vivo no es excepción: el trío prioriza calidad por sobre cantidad, proponiendo siempre algo nuevo. De la misma forma que encaran su tiempo en BRODA, las fechas se piensan, se buscan, se arman con atención.
Señores Vuelan planifica, ensaya, encara y ejecuta. En la medida justa, la construcción parece resultar más certera. La banda busca una órbita propia. Tocar tres veces al año, logrando un show diferente en cada ocasión es un balance interesante para el trío. Considerar al otrx en su esa órbita, conectar con la gente tanto con el disco como el vivo, es parte de la misión, por eso optan por sorprender. “Tanto trabajo hace que el vivo fluya de manera suelta, que se sienta de verdad”, observa Jere.
Ante la ausencia de actividad en vivo, Sorrequieta apunta que se siente mucho. La proximidad de fechas siempre tiene un sentir, va generando un fuego que se intensifica con la cercanía de los días. Trabajando para BRODA volvieron a sentirlo.

Señores Vuelan trabaja de manera discreta a sus tiempos. Por afuera, sus tres integrantes son parte de una movida musical que los inspira, impulsándolos siempre a buscar más, a seguir aprendiendo como comunidad y de forma individual.
Gozando tanto arriba como abajo del escenario, el feeling de la ciudad les llega. De lugar en lugar, descubriendo bandas, el fluir musical de un circuito independiente los fue haciendo.
“Rosario es una bomba. La pandemia nos está permitiendo animarnos a más. Con todas sus desgracias, la pandemia puso en evidencia la capacidad de crear, de resolver. La regla de no poder movernos de nuestras casas nos hizo resolver con lo que teníamos  mano, sorprender; eso es muy importante. La ciudad es una bomba. Quizás no tengamos la masividad de Buenos Aires, pero Rosario tiene una capacidad extraordinaria de generar artistas”, reflexiona Sorrequieta.
“Lo que está floreciendo en estos días de encierro va a brillar cuando se termine la pandemia”, apuesta el productor. “Antes de toda esta locura se venían haciendo unos festivales autogestivos tremendos. Con el tiempo eso va a seguir creciendo, ganando popularidad. Lamentablemente, todo se cortó. Lo que viene es muy grande. Hay manija”, observa sobre el final.

Por Lucas Canalda & Ph Ferarte

 

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