O.L.I.V.I.A y Miranda Johansen publicaron “Mi Casa”

O.L.I.V.I.A y Miranda Johansen publicaron Mi Casa, sencillo que llega potenciado por un video codirigido por Regina Cei y Lola Piñero.
A continuación, nos adentramos en el proceso de producción de las creadoras responsables de amalgamar música, experimentación y poesía.

O.L.I.V.I.A y Miranda Johansen presentaron Mi casa, colaboración que llega potenciada por un magnético video que integra universos audiovisuales con pop experimental de raigambre poética.
Mi casa es una colaboración de O.L.I.V.I.A junto a Miranda Johansen bajo  la producción de Pablo Bursztyn que se publicó como sencillo adelanto del inminente EP que la música de Buenos Aires prepara para los próximos meses.
Según el texto que acompaña la gacetilla: “Esta es una canción sobre la duda, las preguntas, estar y no estar. También es el viaje que implica transitar todo eso. Aunque no se llegue a ningún lado, aunque al final de la canción no se sepa dónde está la casa, la idea es sentirlo/reconocerlo y terminar con una sensación tanto melancólica como esperanzadora”.
Desde la cita iniciática al Luis Alberto Spinetta en clave René Magritte, adentrarse en la experiencia de Mi casa queda claro que no se trata de un mero videoclip de promoción: es una pieza audiovisual que se alza por encima de la producción promedio que abunda como relleno semana tras semana en las redes sociales. Mientras que la mayoría de los clips actuales buscan un pasatismo que se acomode a los estándares del momento, con el video O.L.I.V.I.A. profundiza su identidad conceptual, apostando de nuevo a tomar una ruta alternativa.
El video fue codirigido por Regina Cei, del colectivo Trrueno, y Lola Piñero, de la productora La Casa de al Lado, quienes se unieron desde el ímpetu creativo para liderar un equipo de producción que supo surfear por encima de las diversas olas covidianas de la temporada pasada.

Olivia Taretto comienza a componer y producir música a los 14 años de edad. Desde entonces la creación sonora fue parte integral de su vida. El canto, la composición y el piano son parte de su formación como artista. Además, estudió producción y diseño sonoro en Arjaus, Tecson y la Universidad Nacional de las Artes.
Los primeros recuerdos musicales de Olivia toman lugar en el auto familiar. Como un DeLorean que es tanto máquina del tiempo como cabina musical, su viaje al pasado la devuelve a instancias de disfrute sobre las cuatro ruedas. Ella lo define con precisión: “un CD por viaje”. En ese sentido apunta varios puntos referenciales que definen su diversidad musical y relación de entendimiento del pop como un universo expansivo. Desde Songs in the Key of Life de Stevie Wonder a Music de Madonna y Debut de Bjork.
“Mi casa siempre fue muy musical” recuerda. “Mi mamá pintaba escuchando música y mi papá siempre se encargó de compartirme sus películas y bandas favoritas. De hecho él me llevó a mi primer concierto: Julieta Venegas”, agrega.
Con el pop de corte experimental de O.L.I.V.I.A, Taretto busca hablar sobre cómo el tiempo, la ciudad y la tecnología afectan la vida marcando una evolución en la sensibilidad. Como una incipiente aprendiz de Philip Dick, las canciones Taretto insinúan interrogantes que orillan un existencialismo contemporáneo: ¿Se puede existir más allá de la idea de quién querés ser? ¿Qué posibilidad hay más allá de la proyección que hacemos de nosotrxs mismxs en la cotidianidad digital?
Sobre la construcción de O.L.I.V.I.A, la música porteña reflexiona que “siento que el concepto siempre estuvo ahí. Yo no podría exponerme como lo hago sin un personaje, concepto, clima y estética definidos”. En sentido, profundiza: “O.L.I.V.I.A soy yo pero es una versión amplificada de mi, trato de encontrar los detalles y las sensibilidades que me tocan y las exagero o las transformo en algo que esté lo suficientemente lejos como para poder verlo en tercera persona. Pero que esté lejos no quiere decir que no sea real. Simplemente siento que me permite crear con más libertad, que se trate menos de mi y más de hablar de “algo”. Que a veces sé qué es y, a veces, no”.

-Además de componer y cantar tu música tenés tu veta de productora. ¿De qué forma se equilibran esos roles?

Taretto: la verdad es que se mezclan naturalmente. Se puede producir con elementos de la voz, se puede usar el canto como instrumento y se puede componer con la producción. Creo que todos esos lenguajes se retroalimentan y te permiten versatilidad a la hora de crear algo de cero.

-¿Te interesa la posibilidad de potenciarte mediante colaboraciones extra musicales? Por ejemplo, Mi casa es una bella canción que junto al video lleva todo a otro nivel.

Taretto: sí, algo lindo de la música es que se puede escurrir en diferentes áreas artísticas y para generar ese movimiento/transformación del lenguaje es necesaria la colaboración. Es muy lindo encontrar gente con la trabajas bien porque eso te permite soltar, confiar y dejar a lxs artistxs trabajar con libertad sobre tu proyecto. También te permite proyectar nuevas ideas y posibilidades, me gusta que el proceso de sacar hacia afuera sea lo más colectivo posible.

-¿Qué estás preparando para el EP que se viene? ¿Estás trabajando todo el material con Pablo Bursztyn?

Taretto: estoy preparando un EP de colaboraciones. Hay algunas que ya salieron como Mi casa y Una Vez Más ft. Rattlesankke. Todavía estoy terminándolo pero es probable que salga en Junio. En este proyecto sí estoy trabajando con Pablo, pero también estoy colaborando con otros productores como MAJA y OKTE.

Las imágenes que dan forma a la música de Mi casa surgen de una mirada minuciosa sobre superficies que prometen decir más de lo que muestran. Metales, fluidos, polímeros, minerales, naturaleza muerta, naturaleza viva, luces dinámicas y luces proyectadas.  Elementos de vida atravesados por el tiempo, que son parte de un cuerpo que las alberga. O.L.I.V.I.A-Miranda son un mismo cuerpo de información infinita y centelleante al que se adentra en la noche oscura para revelar los tesoros más profundos de este multiverso.
La idea empezó a gestarse en Julio de 2020. Se trataba de un juego que mezclaba escenas cinematográficas, micro-visuales de texturas y retratos surreales de lipsyncs. Los recursos de edición y efecto tomaron el rol de integrar estos universos, volviéndose protagónicos. Entre reuniones y pruebas de FX, el desarrollo de la idea fue apoyándose cada vez más en procesos de post producción.
Lola y Regina se unieron en un principio para acercar las instancias de pre y de post, para finalmente decidir co-dirigir juntas.
De acuerdo a la palabra de Piñero, la posibilidad del video surge a partir de una propuesta de Johansen para darle una forma visual a la colaboración musical. En pleno aislamiento de la primera ola, ambas realizadoras empezaron a cranear imágenes posibles. “Para nosotras era un tema super profundo y abstracto, que daba lugar a un universo de ideas”, explica. “Reunimos conceptos que tenían en común algún modo de relación con el hogar, con explorar hacia dentro lo primitivo. Una búsqueda de algo probablemente inalcanzable, lo esencial”, señala Lola.
Para ambas directoras todo devino en macro-recorrer objetos bien de cerca, generando texturas de lo microscópico. Desde allí empezaron a imaginar lo que finalmente se convirtió en Mi casa.
Enfocando sobre las superficies Piñero y Cei lograron un estado de abstracción dentro del mundo de lo orgánico. Esa decisión creativa logró llevar a Mi casa a un nivel superior. A partir de esa decisión/visión de las directoras la colaboración adquiere otra entidad, resultando en algo más que un mero video promocional para O.L.I.V.I.A. y Johansen.
“Queríamos generar imágenes oníricas, brillosas e impactantes de forma natural, que se puedan sentir la nobleza de los materiales”, observa Cei.
Adentrándose en el proceso en la realización Regina apunta que “pudimos alquilar una óptica muy particular que es como un cilindro de 1cm de diámetro y 20cm de  largo, es super angular y macro, por su forma puede adentrarse en los pequeños munditos que fuimos armamos, parece que recorre pasillos”.
Para la grabación del video el equipo armó algo similar a un backstage de laboratorio con mesas grandes llenas de herramientas y objetos, además de materiales que recolectaron entre todxs. Un día antes de grabar, se amaron maquetas combinando materiales,  componiendo según textura y color.
“Fue todo medio un juego. Grabamos también unas esculturas de resina de Regi. Cuando empezamos a grabar otros se acercaban a también combinar las cosas y proponer nuevas”, recuerda Piñero, destacando lo gratificando de una experiencia que sucedió en un tiempo extraño marcado por la pandemia. Dentro de la estimulante burbuja creativa, la aventura corrió con profundidad con un equipo abocado a la creatividad.  “Estuvimos en trance varias horas en el estudio con esto”, coinciden ambas directoras.

Mi casa demandó un largo proceso de preproducción donde se hicieron sentir los rigores del confinamiento: mucha videollamada, mucho grupo de WhatsApp, mucho ida y vuelta virtual.
La idea inicial surgió en julio y el video se grabó en septiembre. En el ínterin, las semanas pasaron tranquilidad mientras las fases de confinamiento avanzaban. Sin apuros, el equipo pudo probar con comodidad, experimentando a sus anchas.
Finalmente, el rodaje duró una apenas jornada. Divididos en dos unidades, esa única jornada de grabación fue tan ardua como electrizante. “Fue intenso pero increíble porque mucho de lo que estábamos haciendo era experimentación en vivo”, apunta Cei.
El montaje lo realizaron las mismas directoras entre febrero y marzo. A la par de ese proceso, Piñero y Cei experimentaron en las impactantes transiciones: morphing de rostros y texturas, superposiciones y mezclas entre O.L.I.V.I.A. y Miranda, micro-universos que salen de un ojo.
En una última instancia después del grading de color, Javier Benjamin corona estas imágenes con efectos procesados en tiempo real en softwares destinados a otras especialidades. Convirtiéndose en una pieza audiovisual que abarca un amplio espectro de artes: pintura, escultura, vjing y cine.

En los últimos años una minoría de la industria musical entendió que asociarse con realizadorxs audiovisuales experimentales termina sumando y potenciando todo. Eso abrió bastante el campo laboral, permitiendo más oportunidades.
-¿Hay mayor espacio para la realización audiovisual experimental? ¿Se traduce eso en más trabajo para lxs realizadorxs? 

Piñero: creo que la experimentación audiovisual existe de siempre, solo que ahora el videoclip tradicional ya está pasando de moda entonces se está empezando a volcar el mainstream hacia lo experimental. Hay un universo de posibilidades a la hora de experimentar, pero lo que sucede es que los tiempos y la plata que lo experimental requiere no se condicen con las pretensiones de la industria musical. Entonces, creo que es por eso que no todo se vuelca hacia lo experimental, todavía. Cuando puede hacerse es increíble. Hay gente muy grosa trabajando en la industria audiovisual e incluso de otras áreas que se están sumando cada vez más a la realización de videoclips y eso está buenísimo.

Cei: de algún modo las producciones de videoclip de las industrias musicales más grandes implementan una dinámica de trabajo más parecida a una producción audiovisual publicitaria, que cuenta con tiempos más inmediatos, rodajes mayormente de una o dos jornadas. Todo está bastante enfocado en la estrategia de las redes sociales. Todo eso se termina convirtiendo un poco en limitaciones que son re condicionantes si buscás experimentación Ahora, que el estreno de una nueva canción va sí o sí de la mano del estreno del video, se empezaron a sobreproducir videoclips de un modo re industrial, que tal vez por eso hoy se esté buscando salir un poco de esas repeticiones e incursionar algo nuevo, si es que está pasando eso. En nuestro caso no se trata de que haya espacio ni que por eso hayamos encontrado oportunidad de avanzar con esto, porque de hecho mucho no lo hay. Hasta en las producciones nacionales más grandes se reflejan las condiciones tercermundistas, y en el under, ni hablar. Si pudimos concretar este video fue porque somos personas todas amigas entre sí: las músicas y el equipo íntegro. Muy a pulmón. Con amor, abocando mucha cabeza, cuerpo y horas, nos aunamos para lograrlo, a pesar de todas las dificultades que la estructura cultural presenta.

Lucas Canalda

 

 

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