DEGRADE: LOS LUGARES QUE AMÉ EN MI VIDA

Con la edición de Balneario, Degradé define su quintaesencia mientras inicia un nuevo ciclo vital de cara a sus tres décadas de música

 

Un diálogo libre de límites con los artífices del viaje musical de veintiséis años de Degradé es toparse con la posibilidad de un aluvión de confesiones y aprendizajes. Entre guiños al pasado y risas del presente, Nahuel Marquet y Emiliano Cattaneo, ofrecen detalles acerca de frustraciones y la redención sanadora de las canciones que siempre estuvieron a la espera del grupo. De los sinsabores y los logros, los Degradé sacaron hermandad y música. De las decepciones, hicieron combustible. En su desarrollo la charla se revela como una ruta de lecciones entendidas ante los desengaños propios de una generación, los espejismos inherentes a perseguir una idea de éxito ajena, el descreimiento y la aceptación de una identidad.  Los últimos años del grupo parecen habitar, finalmente, en un equilibrio logrado al concentrarse en lo verdaderamente esencial, la música.  Desde la publicación de La Hora Azul en 2007 hasta el periodo posterior a su disco  homónimo -también conocido como el blanco– (2012), Degradé ahondó en sus entrañas para encontrar su identidad y abrazarla. El grupo que Marquet y Cattaneo capitanean supo hacer las paces con sus contradicciones así como también desterrar pretensiones nocivas, muchas de las cuales eran parte de una sintomatología asimilada por imaginarios ajenos y fantasías de afiches adolescentes. Cuando Degradé descomprime su pesado debe ser la claridad afluye a su cuerpo y el resultado de eso se evidencia en los últimos años de actividad. Recitales impecables con periodicidad de cuasi residencia ante un público ecléctico que reconoce millennials hasta seguidores que rebasan los cincuenta.Canciones que afloran en el seno de la comodidad y la confianza en que no hay apuros, simplemente, un fluir natural. 

ROJAS

El Diablito es un bar ubicado sobre calle Maipú casi asomando a la estrecha esquina de San Lorenzo. Además de su calidez humana y su coctelería premiada en repetidos certámenes, el pub brilla con una leyenda propia que es punto de encuentro y de propuesta para el circuito cultural rosarino.  Recitales en clave intimista, presentaciones de libros, charlas, debates, lanzamientos de prensa para eventos varios; cada noche los conversos comulgan entre sus vitraux antiguos. Como si fuera poco, su historia se agiganta al saber que el mismísimo Freddie Mercury estuvo allí en marzo de 1981 cuando Queen se presentó en el estadio de Rosario Central y en la prehistoria endiablada funcionaba una whiskería.

El primer miércoles de la primavera, minutos antes de las 20hs, cuando El Diablito está subiendo sus persianas y abriendo su puerta, Nahuel Naki Marquet y Emiliano Pato Cattaneo toman asiento en un rincón espejado y se disponen a conversar de las idas y venidas de sus vidas individuales y compartidas bajo el signo de la hermandad musical.  Si bien el contador del grabador abandona el 00:00 aquí, frente a los presentes, esta nota no comienza ahora mismo en El Diablito, si no que lo hace en avenida Pellegrini, a unas veinte cuadras de esta esquina, en mayo de 2014, en la última entrevista escrita que hice con Degradé. Esa noche otoñal los cabecillas rebobinaban la cinta de su camino reciente. Los Degradé se encontraban a una distancia prudencial de su álbum blanco y empezaban a desandar el derrotero hacia el trabajo que hoy se conoce como Balneario. Tanto Marquet como Cattaneo contaban sobre la decisión de encarar otro disco.  Cuando ambos tuvieron que responder a sí mismos las inquietudes de “este proyecto necesita un disco más” o “¿hacemos otro?”. La respuesta fue unánime y fue editada, hace algunos meses, en forma de doce canciones.
Entre esa cita de mayo de 2014 y la de noviembre de 2017 mucho ha sucedido en el universo DGD: decenas de recitales; Los Bardos, el grupo que Marquet integra junto a Pablo Pino de Cielo Razzo y Ezequiel Choza Salanitro de Sikarios, cobró fuerza propia más allá de sus bandas madre; Cattaneo se transformó en productor, debutando el disco solista El Fondo de Maxi Salvatore; El Regreso del Coelacanto, banda hermana de la que Marquet era parte, se despidió definitivamente; una distinción por parte del Concejo Municipal como músicos distinguidos de Rosario; un nuevo disco, Balneario, que los pone otra vez en el foco luminoso del rock local.
“Esa noche también pedimos cerveza roja” dispara Marquet, recordando inmediatamente la ocasión que sirve como punto de partida. A partir de entonces, sin un aviso de largada aparente, la conversación se inicia sin orden y sin punto de llegada. Donde uno se dispersa el otro es certero, hacia donde uno apunta, el otro potencia. Se desentienden, coinciden, se cuestionan e interpelan; una química que tiene categoría de plata y se explica en una hermandad artística que es puro empuje. El centrifugado verborrágico marquettaneo parece absorberlo todo en un vórtice pasional que edifican con las palabras escupidas por el otro. Litto Nebbia, Kurt Cobain, Charly García, música popular latinoamericana, periodismo de música rock (“¿Leiste la nota de Santiago Segura sobre Don Cornelio?”) The Smiths, Johnny Marr, The Cure. La música es el campo de juego definitivo para estos dos. La familia es el otro gran punto de referencia, la ley de gravitación que los mantiene en tierra y la que parece darles una perspectiva de lo esencial en sus vidas.

– Retomo desde aquella nota debido a que fue justo cuando empezaban a bocetar las canciones de Balneario. Me quedó flotando algo que ambos comentaron: luego del disco blanco se había dicho “che, ¿hacemos otro?” y también “este proyecto necesita un disco más” . ¿Hay que ponerse de acuerdo o hay un nacimiento natural y tácito de las canciones que hacen a Degradé? Siendo que ambos se diversificaron, ¿cuando hoy surge una canción es naturalmente para Degradé?

Marquet: Ese momento era más complejo porque Degradé había tenido, después de La hora azul, una especie de diáspora, unos años después de eso hubo como una zozobra. Yo viajé aunque tampoco fue tanto tiempo. Hubo un tiempo en que también con Pato hubo una cierta…que vos armaste Baezz.

Cattaneo: Hoy los proyectos paralelos son algo común para todos pero para nosotros, al menos en ese momento, en nuestra relación, era un alejamiento.

Marquet: Claro, Degradé era como único proyecto si bien yo en esa época tocaba en El Coelacanto pero nunca compuse canciones. En ese momento fue como decir “Tengo unos temas que los veo para la banda, ¿vamos a volver a hacer otro? ¿Vamos a ver qué pasa con esta química? Yo creo que ahora es mejor todavía porque uno ya tiene su proyecto. Yo tengo un lugar que me guardo para canciones que no va para Degradé. Uno no hace canciones pensando para qué banda. Yo hago la mayoría de mis canciones y después veo para dónde. Teniendo otras vertientes, también hablo con Pato sobre  pensar canciones para un disco solista mío. Están Los Bardos, sin embargo, siempre sigo pensando en Degradé. Siempre estamos pensando en Degradé.

Cattaneo: También tiene que ver con algo liberador. Que nosotros hayamos podido gestar cuestiones artísticas paralelas nos sirvió también para descomprimir un poco Degrade. Yo no llevo una canción a la banda como hacía antes, como si fuera la perla de mi vida o el anillo de Gollum. Hoy llego mostrando ideas, mucho más suelto. A mi toda la vida se me aparece primero un estribillo en una cancha con gente y luces al palo, todo al revés de lo lógico (risas).

Marquet: Yo pensé que ya habíamos superado esa etapa (risas).

Cattaneo: No, por supuesto estoy hablando en pretérito. Era algo que me pasaba. La gente cantando, todo el estadio, “Y navegar…” – se pone de pie alentando con todo cuerpo- eso era algo que pasaba. Pero me empecé a hacer cargo. En otra época era una cuestión de pudor pero luego me hice cargo que yo tenía eso, tengo algo así que tiene que ver con el rock clásico, en cierto punto. Ya después empecé a ir con las canciones a la banda para decir “Loco, ¿te gusta ésto?, ¿podrá ir?” Hay un día clave. Nahuel me mostró un tema que era una cumbia y le dije “Es divina pero en Degradé no puede ni golpear la puerta”.

Marquet: Yo quería ver de llevarlo más para el lado de Roberto Carlos. Eso terminó siendo una cumbia de Los Bardos.

Cattaneo: A partir de ahí empezó a generarse una cuestión de responsabilidad sin compromiso con las canciones.

Marquet: Se descomprime en el sentido de que me encanta lo que pasa con mis canciones en Degradé y suscribo y quiero optar por eso de nuevo. Voy en busca de todo eso porque me gusta lo que pasa con las canciones en Degradé pero también me gusta lo que pasa con las canciones en otro lado. Uno tiene las cosas más claras. Entonces pasa lo que dice Pato, uno descomprime lo que uno lleva a Degrade.

Cattaneo: Lo que se generó con tantos años en Degradé fue una presión, también. Me acuerdo que con una novia programamos un viaje a Perú y luego le dije “No, yo no me voy, toco en Banda en Puerto, no puedo ir” y cancelé mi viaje. Nunca más la vi a la piba. Ahora estoy mucho más relajado pero en ese punto Degradé fue muy solemne. No éramos chiquitos cuando hacíamos esas cosas, ya éramos señores.

– Si cada disco es un recorte de un momento, en Balneario están flotando y disfrutando por sobre años de lecciones aprendidas. Otra vez está girando el círculo para Degradé, el grupo se encuentra fortalecido en su formación, volvió Álvaro, encontraron una frecuencia correcta para los recis en vivo. El disco es directo logrando plasmar la quintaesencia de la canción Degrade. ¿Llegó solo ese equilibrio o fue buscado desde adentro?

Cattaneo: Lo más destacable de lo que vos marcás es que después del reencuentro, luego de ver que las cosas funcionen o no, con la vuelta de Álvaro que generó un revuelo positivo en la banda, me parece que hay algo que es clave: nosotros elegimos, naturalmente, el progreso. Este año se cumplieron diez años de La Hora Azul, el disco que más nos hizo girar, lejos. Es el primer disco de Degradé que tiene eso que vos marcás, es directo. Antes teníamos otros recovecos. Agua (2001) tenía recovecos, tenía sectores oscuros, era otra búsqueda. La Hora Azul fue importante para el grupo. Nosotros pudimos haber apostado al nombre de Degradé y  ponernos a revisar ese disco y darle otra escucha para la gente que quizás se lo perdió, pero ya hace dos años que estábamos avanzado en este nuevo trabajo. Teníamos la necesidad creativa.

Marquet: Además teníamos la necesidad de hacer un disco completamente relajados. Ni siquiera nos preguntamos si teníamos un hit durante el proceso. No hubo necesidad de plantearse eso.

CARRETERA 

En junio Degradé lanzó Balneario, su sexto álbum de estudio, editado gracias a una campaña de crowdfunding que se llevó a cabo en Panaldeideas.com y que incluyó a elección de formatos de disco compacto y vinilo. El grupo, hoy conformado con Guido Bamba Benvenuti y Pablo Giulietti (guitarras), Lisandro Sagué (bajo) y Álvaro Manzanero (batería), estuvo a cargo de la producción junto a Dani Pérez de Sucesores de la Bestia.
Pérez, que además de estar en la producción aportó guitarras y fue responsable de la mezcla, apunta que “recibí los demos que elaboraron en el estudio del Pato a fines de 2015 y a partir de allí me fui sumando a los ensayos para comenzar la producción de Balneario, era una lista de varios temas que fui recortando consensuando en lo posible con la banda hasta llegar al tracklist que integra el disco”. El hombre a cargo de Audio Buró explica que “Degradé es una banda que se terminó mostrando como un grupo de gente que responde al caos como motor y eso se vio reflejado en la pre producción y las grabaciones principalmente. Así que una vez terminado de grabar todos los instrumentos principales (los coros y las cuerdas fueron llegando casi hasta los últimos días de mezcla, por ejemplo) hubo un trabajo de artesano de ir recortando y haciendo espacio para la verborragia musical de Degradé. Son todos grandes músicos pero por momentos pecan de barroquismo así que por ese lado traté de darle un poco más de claridad a las canciones frente a las capas grabadas, en conjunto con el Pato que me acompañó en ese proceso de recorte y acomodada. Los tiempos de post fueron en conjunto con la mezcla, a mi gusto faltó un poquito más pero apremiaba la fecha de presentación en vivo del disco. Fue un proceso muy intenso donde nos encontramos con dos métodos de trabajo diferentes pero de ese entrecruzamiento el resultado nos dejó muy contentos a todos”.  A mi la expansiva de este disco me dejó un vacío increíble. Hacia tres años que estaba dedicando mis horas al disco y de repente ya no estaban más” señala Cattaneo a propósito del intenso proceso de grabación.
Balneario es un álbum concebido como obra integral, una apuesta al formato en una panorama donde la dispersión hace estragos y la experiencia auditiva parece tener que arreglárselas como pueda. Doce canciones embarcadas al formato álbum en tiempos en que el oyente es usuario se lee como una explícita postura por parte del grupo. “Hay experiencias estéticas que realmente me excitan, tanto emotiva como físicamente. Escuchar un disco que me gusta, leer un libro que me llega y hablar de una canción” explica Marquet, principal compositor, cantante y acordeonista. “Entre las cosas más entrañables de la vida están los momentos que uno habla de los discos que ama. Vamos a tener ochenta años y vamos a seguir hablando de discos amados. Los cuarenta minutos de un disco son de los mejores minutos invertidos, por más que lo hayas escuchado cincuenta millones de veces. Seguramente estarán entre los más importantes minutos de la vida, los minutos más gravitantes, te cambian, te hacen lo que sos después”.
El grupo siempre tuvo sus influencias contemporáneas, nutrientes de contextos que llegan por el propio oído curioso de sus integrantes y en Balneario se encuentran rastros de Arcade Fire, Phoenix, Albert Hammond Jr y Damon Albarn. García siempre es parte del universo marquettaneo, tanto conceptual como musicalmente, en esta oportunidad estando muy presente La máquina de hacer pájaros. Más allá de esas sonoridades y enseñanzas externas, Balneario captura la quintaesencia del cancionero Degradé, ese arsenal de estribillos pegadizos y melodías amables; el Degradé de 2017 es aregandor, tan poético como luminoso y tan sencillo como contagioso, que hace gala de sus elementos: sinestesia, aire, agua, sol, cielo, sombras, luna, deseo, poesía, amor, vida y mortalidad. Líneas como  “Súbete a las guirnaldas del alma”, “Quiero cantar lo que no está” , “yo quiero sin especular”, suenan tan frescas como propias del sexteto.
Espiritualmente Balneario parece unido al sentimiento de loop vital que caracteriza a Fuerza Natural de Gustavo Cerati. El círculo está girando, completando su vuelta y todo vuelve a empezar con energías renovadas; la rueda toma una vuelta vital imparable y efervescente. La conexión con el último trabajo publicado por el ex Soda Stereo también se evidencia en la virtud de autosuficiencia que tiene la música, un corazón sustentable que impulsa el viaje definitivo. Ante la proposición de escuchar Balneario como activar el viaje, las dos cabezas de la criatura musical se entusiasman y coinciden. “Es un disco que propone paisajes, tiene movimiento, está bueno escuchar ese viaje” admite Cattaneo. Su socio creativo destaca que “Cuando Pato habla del disco como un viaje es fundamental. Creemos en eso”.
Me gustaría explicarlo a todos aquellos que amo” escribía Jack Kerouac en Los vagabundos del Dharma (1958) sobre la absoluta devoción que nacía ante el rugido de la sabiduría diamante y la pureza del silencio. Pareciera que durante la última década de existencia Degradé ha buscado ese mismo gesto para con su audiencia. Marquet  vive  y canta para transferir el deseo de autosuficiencia vital que la música y la poesía le transmiten; su misión parece ser transferir autosuficiencia y libertad a toda persona dispuesta a sentirlo. El nuevo capítulo es Balneario donde algo es certero: todos los lugares que uno ama en la vida, forman pero no atan ni eternizan; los lugares están dentro de uno pero no pesan, lejos de ser carga son motor y refugio. Aquello que está vivo, tiene que vagar a su antojo o en la palma del viento por cualquier lado, salvo en Estados Unidos, donde según Nicanor Parra, la libertad es una estatua.
Si en “Flecha” (2007) Marquet cantaba “Cuida tu cueva los lobos acechan, huelen tu carne, siguen tu huella, fruto del alma que se eleva, más que ir ardiendo y dar pelea, déjalo atrás” en “Balneario” arremete con “Amanecemos juntos, dorados, a salvo de algún pasado, que no se ve, que dónde va?, que ya no sos vos”. En el irresistible “Navegar”, también del 2007, el estribillo arengador y contagioso marcaba que “Navegar, y encontrarme con tus pupilas, sin hablar, no me altero no tengo prisa, no voy hacia ningún lugar”. Algunos años después “Magia y música” dejaba en claro que “Nada es pesado en el viento”. Otro punto kerouaquiano: “no había adónde ir excepto a todas partes”.
El sexto capítulo de estudio también retoma una inquietud sobre la angustia en la que la banda ya se había adentrado en otras ocasiones. Lo que hace doce o cinco años atrás era una bitácora de cuatro minutos sobre la pesadumbre del artista cachorro, ahora toma la relevancia de la frustración y el pesar que rayanos los cuarenta años puede representar minas tan poderosas como para producir zozobras. Del gesto hornbyano de ordenar en sentido emocional hasta el zamarreo en pos de una reacción que despierte del letargo en “Ayer”, Balneario parece transferir interrogantes masculinos ante la sombra del cuatro cero.

– Ustedes comenzaron a trabajar hace mucho tiempo en las nuevas canciones. Si bien lo hicieron en la mayor comodidad, se fueron acumulando muchas ideas y posibilidades, ¿cómo las ordenaron?

Cattaneo: El disco creció muchísimo post grabación. Todo se dividió en dos etapas y eso fue superclave. Una etapa creativa y otra de ordenamiento absoluto. Es el disco que muestra a una banda madura pero al mismo tiempo recontra abierta. Nunca exploramos algunas de las cosas que aparecen en Balneario. Coincido con que cierra un círculo y que es el disco más Degradé del mundo, que si viene un marciano y pregunta qué es la banda le decimos que es ésto, está clarísimo. Al mismo tiempo, hay expresiones musicales que no hicimos nunca en la vida. Hay un juego de planos en cuanto a la instrumentación y a los lugares que ocupan los arreglos, los teclados y las guitarras mucho más jugados. Si bien es concreto, redondo y superador, al mismo tiempo es jugado.

Marquet: Yo creo que es jugado por habernos mandado si llegar a preguntarnos si hacía falta un hit o no. Creo que es jugado a pesar de lo que cómodo que se siente. Hay un riesgo. Lo digo en desacuerdo con algunas personas que no sé si le falta escucharlo mejor que por ahí ven más riesgo en Agua.

– En Balneario hay una clara idea de menos es más. Paradójicamente es un disco que se revela barroco.

Cattaneo: Eso fue decidido al principio. Nosotros empezamos a trabajar desde una necesidad de canción, necesidad de ritmo, necesidades en general. Teníamos una necesidad de juntarnos en el estudio y que sucedieran las cosas. No teníamos diez canciones cada uno al encontrarnos, no fue así. Lo construimos en nuestro estudio, básicamente, Nahuel, el Bamba y yo. Trabajamos los días de semana con ideas que aparecían y lo construimos desde ese lugar. Al construirlo así salieron las cosas más despojadas. No estás en la sala con cinco tipos tocando todo el tiempo, construyendo. Somos tres personas, buscando un arreglo, yendo de arreglo en arreglo.

Marquet: Además después confluyó la banda. La performance de Pablo en el disco me parece excelente. Cualquiera que escucha el disco reconoce que los arreglos los grabó él. Fijate como Pablo confluye en su momento personal con este modo de menos es más de las canciones que nosotros proponemos. Desde el primer momento él dijo que quería hacer una guitarra por canción y no querían que fueran machacosas. Quería todo como un contracanto, parece que va cantando detrás de la voz. Es una cosa más contrapuntística lo que hace. Me sorprendió, no lo tenía por ese lado. La complementación guitarrística que hizo es muy inteligente realmente, está increíblemente bien tocada. Todos sumaron y apostaron, primero,  yendo desde el menos es más, segundo, desde una relajación total. Lisandro nos dijo algo cuando terminamos el disco: “Chicos, si ustedes fueran más jóvenes tendríamos el disco perfecto” (risas). Esa fue su forma de expresar lo contento que estaba con el resultado.

– ¿El menos es más fue deliberado desde el primer minuto?

Cattaneo: Tuvimos una idea desde el principio de usar el progressive pop sobre todo porque los temas son más barrocos en el modo formal, o sea, barroco por su forma más que por sus arreglos. Todos los temas tienen su parte.

Marquet: “El lunático” es barroco. Si bien es guitarra y pocos teclados, se lo escucha barroco. Yo trabajo en un centro de día y la gente de allí sigue mi música y tienen una forma especial de escuchar, es gente más grande. Una persona me decía que le gustaba Degradé pero había escuchando “El lunático” y le había parecido con mucho ritmo, que no lo entendía. Eso es barroco. Nosotros tenemos muchos maestros y a veces parece que todos nuestros caminos condujeran un poco a Charly García. Cuando vos te querés poner a sacar un tema de Charly parece fácil, pero solo aparenta serlo. Nebbia, ponele, hace algunos días lo dijo acá en Rosario. “Mis canciones hay mucha gente que las toca pero no saben todos los acordes, los tocan con tres”. ¿Se pueden tocar así? Sí, claro. Pero cuando vos tocás con los acordes que van, ahí está la canción. Con Charly también es así. Parece fácil pero te ponés a sacarlo y no lo es. Para mi hay un hecho, salvando las distancias, que parezca simple y que en el fondo sea barroco. A nivel armónico no es fácil. Ninguno de los temas del disco, salvo los cortitos, lo más guitarreros, son simples pero se escuchan simples. Es una simpleza barroca adonde está bueno llegar.

– También ahí radica la llegada de algunos maestros populares, saber capturar todo un legado para una llegada masiva.

Cattaneo: Hay algo ahí que está bueno plantearlo. Que parezca simple y que sea complejo te da esa responsabilidad que en el momento de la construcción no está buscando a propósito de un modo caprichoso. Se dan situaciones ilógicas donde, a veces, aparecen acordes simples dentro de una secuencia de algo que está fuera de escala, no sé, es fuera de escala pero funciona dentro de una melodía amable.

Marquet: Yendo a cosas que no se comparan con Degradé. Nirvana, Kurt Cobain, ¿por qué es tan groso? ¿Por qué fue tan importante? Parece simple, ¡de puta madre!, parece re simple pero anda a sacar las canciones. Tiene un modo de hilar los acordes totalmente ilógico. Pero no es que parezca simple, es simple pero nadie lo había hecho así. No es que nosotros parecemos simples, somos simples. Es lo que vos decís, es llegadera.

Cattaneo: García tenía una cuestión en su etapa de oro, no hagas dos veces lo mismo. Y Charly, como sea, escuchás una estrofa y escuchás la otra y está variada. ¿Por qué? Porque él necesitaba que varíe, necesitaba que la combinación entre la misma melodía y la armonía tenga un cambio y que ese cambio se genere para algo amable, para algo armónicamente nuevo.

Marquet: A veces se dice, formalmente, que una canción es una introducción, dos estrofas, un estribillo tocado una vez o un pre estribillo, una estrofa, estribillo doble o solo, una forma clásica. García nunca hizo eso en su etapa solista.

– “Ayer” me pareció llena de hastío y con cierta ambigüedad generacional. ¿Es un hartazgo a un círculo de vanidades o alguien que creció y se hartó de regocijarse en excusas?

Cattaneo: La canción tiene una historia y una solución. Hay un momento de la vida, el que estamos transitando nosotros, cerca de los cuarenta años, un momento del que hablamos mucho. Tengo el padre de un amigo que me dice “Lo importante después de los cuarenta es combatir la depresión porque es lo único que te saca de carrera”. Empecé a ver que algunos Patos de mi generación iban a cayendo. Empezó un enojo hacia un amigo, puntualmente. Tirado en la cama quería gestar una revolución sin sangre, una revolución en pantuflas. Me di cuenta que estamos en un momento de la vida en el cual es muy fácil quedarse en su zona de confort y excusarse porque el amor te lastimó, porque no se te dieron las cosas, porque el contexto no te entendió. Es todo mentira eso, es simplemente la mirada del otro, es lo que opina el otro de vos y por qué te preocupa tanto. ¿Por qué voy construyendo, desde la mirada del otro, a un alter ego en un marco que parecería que es inmenso pero es una célula mínima? Soy yo resolviendo mi historia, no me voy a quedar sentado. Como dice textualmente “no me voy a quedar sentado guionando tu revolución”. La revolución no es un guión. Si está guionada, perdió todo, es un Gran Hermano. Una revolución es ir al frente.

Marquet: Además es justo en una época de la vida donde ya eso hace mella, te hace quilombo. El adolescente se regodea en su dolor, al adolescente le encanta doler. En la adolescencia uno ama sufrir pero después uno cae que no sabe nada de dolor. Lo contacto también un poco con “Wilqui” (Degradé, 2012).

Cattaneo: Creo que “Ayer” representa gran parte de lo que yo quiero decir en el disco. ¿Por qué el balneario es la salida? ¿Por qué el enero mental es la salida? Porque yo lo puedo llevar en cualquier momento. Porque podemos elegir, salvo que la vida te cagué y te mate un hijo, pero de ahí para arriba, todo lo demás, creo que es una nube construida. Creo que tenemos la opción de correr esa nube que nos encanta llevar. Somos parte de una generación que se desarrolló en el plan loser. Mirando para atrás digo que así como tenemos eso puedo elegir correr esa nube y traerme el enero, el balneario, a mi casa en cualquier momento. La depresión es una excusa, es un lugar cómodo.

– En casi tres décadas de actividad hubo un desfile de integrantes e idas y venidas por diferencias pero también por decisiones personales. Ustedes siempre sumaron gente talentosa y supieron no sólo darle espacios a sus aportes sino también potenciar al grupo de acuerdo al perfil de cada músico. ¿Por qué siempre mantuvieron esa decisión?

Marquet: Disco a disco nosotros vamos aprendiendo, vamos decantando ciertas cosas que ya no van sirviendo tanto. Amo el efecto bola de nieve que sucede cuando llevo una canción a Degradé. Primero pasa por el filtro de Pato y el Bamba, luego va por la banda, me gusta lo que pasa cuando en la canción se meten Pablo, Alvaro y Lisandro. De a poco, van decantando lo que no sirve, se va cayendo solo. Nosotros en otras épocas hubiéramos ido a grabar a Buenos Aires, ahora lo hacemos acá. Con tiempo también sé que vamos a producir un disco nosotros mismos. Sé que lo vamos a hacer, es lógico que pase.

Cattaneo: Degradé es un colectivo creativo, lo fue siempre. Es una banda que cuando se gestó tuvo compositores desde el vamos. Cuando arrancamos, mucho antes de Ratitas, hay un primer demo que tiene un tema de Nahuel, un tema de Pablo Defranco y uno mío. Siempre fuimos una banda de gente con voto y decisión, gente que se plantaba. Degrade siempre fue un colectivo natural, siempre trabajamos así. En Balneario te podría decir cómo decidieron cada uno de los integrantes, cuál fue su aporte clave, cómo fueron resolviendo cada cosa.

Marquet: Es el primer disco en que no pusimos el nombre del autor de las canciones. Si querés podés rastrearlo, podés intuir quién hizo cada cosa. En “La casa abandonada”, el momento en que cambia la canción, fue una propuesta de Lisandro con acordes y una línea de bajo que está compuesto en un setenta por ciento por él, luego yo le agregué la melodía y la letra.

– La noche de presentación me encontré con mucha gente del ambiente que conoce a Degradé desde el minuto cero. Algunas personas de su misma edad, otros más grande, gente más joven. Balneario, por supuesto, fue materia obligada de charla. Todos habían disfrutado del disco y les gustaba pero algo que me llamó mucho la atención es cada uno de ellos tenía una idea de cómo debía sonar  un disco de Degradé: que tienen que sonar más directos, tienen que sonar igual que en vivo, cosas así. En ningún momento me pareció una crítica, al contrario, lo vi como una verdadera forma de compromiso con la banda. Que cada uno tenga una idea de lo que es o debería ser Degradé habla de un vínculo que se generó con la banda en todos estos años.

Cattaneo: Está bueno escuchar eso porque evidencia un sentido de pertenencia. Yo lo escuché mucho a eso que tenemos que sonar en el disco como lo hacemos en vivo pero los discos no suenan nunca como suena en vivo. Nuestro poder está en el lugar hacía donde te lleva la banda. Degradé es un viaje. Nosotros planteamos en el disco algo que plantearlo en vivo es muy difícil, realmente. ¿Cómo hacés para entregar en vivo la propuesta de viaje sideral que te da este disco?

Marquet: Debe pasar también con otras bandas a las cuales la gente ama. A todos nos completa ver a la banda en vivo. Ver las caras, los movimientos, la experiencia. Pero eso no sale grabado, estoy seguro que se refieren a eso. Nosotros tenemos un show filmado en McNamara que es impresionante, está bien grabado, suena increíble; viéndolo, es fuerte, la banda es fuerte en vivo, está clarísimo, pero no eso no se va a escuchar en vivo, tenés que verlo. La expresividad, las caras que ponemos, es la misma pero no sale en el disco (risas). Lo de Panal de Ideas también te da eso que dijo Pato sobre el sentido de pertenencia. Además de la pertenencia que tiene la gente en su historia con la banda, poner plata te hace formar parte, te abre el juego a dar tu opinión, a sumar.

Cattaneo: Nosotros no tenemos una compañía atrás, no tenemos un hit, no pensamos en la repercusión comercial del disco, sí en la artística. Cuando uno saca nuevo material terminamos pensando si será escuchado o no, si será esperado o no. Yo siento, sin ponerme colorado, que es esperado cada disco que saca Degradé, que genera expectativa. Eso lo fuimos haciendo con el paso de los años, no lo digo desde la soberbia, lo digo desde que siempre nos jugamos a que cada disco sea una sorpresa y que de para hablar más allá de seis boludos en una mesa, que por supuesto, somos nosotros (risas). Es difícil, pasaron un montón de años, un montón, y sigue generando expectativa el grupo.

CERO

Los primeros esbozos en cuerpo y forma de Degradé comienzan a manifestarse en una ciudad de Rosario donde el rock & roll y el blues eran los protagonistas más convocantes. Pero mientras la testosterona de la ortodoxia rocanrolera predomina algunas expresiones empiezan a brotar bifurcaciones certera entre el concreto: El Regreso del Coelacanto desarrolla su apetito de eclecticismo dada; el Galpón Okupa prueba ser un epicentro de nuevas formas de convivencia, ética y estética; Planeta X late de manera tímida pero con convencimiento.
“Cuando nosotros empezamos me acuerdo que lo más interesante eran los chicos de Planeta X” indica Marquet. “Los Sasha Mahareshi también estaban, pero los tenía como más compañeros nuestros”, agrega sobre los inicios a mediados de la década del noventa. Cattaneo, por su parte, destaca que “En Rosario a fines de los noventa lo copado no tenía nada que ver con la sensibilidad. La escena anterior a esa época noventera, la de Punto G, la de Certamente Roma tenía algo en la veta pop, pero después quedó devastado.  El tecladista destaca que “Más adelante, cuando ya estábamos en actividad, se separa Mortadela Rancia y no queda nada”. “Yo también recuerdo a Sasha Mahareshi. También el Polaco (Abramowski) estaba en la más época más deforme, bien Sumo, Visitantes. Nosotros tocábamos en todos los festivales y era puro rocanrol y blues. Unos años antes hubo festival con The Boys Have Penis, Cambio de Hábito, otro palo del nuestro”.
Diego Giordano, por entonces baterista de Mortadela Rancia y hoy entre lo más destacados periodistas culturales del país, apunta que “Creo que Cattáneo se refiere al momento en el que aparecieron grupos como The Boys Have Penis y un poco más adelante Los Sucesores de la Bestia. Hay que entender algo: entre 1994 y 1998 no pasaron cuatro años sino veinte porque entre MTV y la llegada de Internet, la disponibilidad de la música explotó por los aires. En los primeros años de la década del 90, con la apertura de la importación, los cds inundaron el mercado. Muchos, quizás los más viejos del lote, aprovechamos para escuchar bandas sobre las que solo habíamos leído, como Joy Division o Can. Pero los pibes más jóvenes se nutrieron de propuestas contemporáneas”. Según remarca Giordano “no hay que olvidarse del impacto que, de la mano de MTV, tuvo Mano Negra. Eso fue determinante porque habilitó la fusión a una escala demencial: hardcore, rap, rumba, reggae, bolero y todo género que tuvieras a mano. Los primeros momentos de Los Sucesores de la Bestia, Carmina Burana, Rosario Smowing y Los Buenos Modales reflejan ese estado de cosas. Estos factores conformaron un mapa musical muy diferente del anterior, que tenía como influencias centrales, en el caso de los que curtíamos el rock argentino, de Spinetta, Nebbia, García, Páez y Cerati.
En 1999 aparece Ratitas, debut formal del grupo que por entonces formaba con la dupla  Marquet/Cattaneo más Julián Acuña y Gerardo Agnese en guitarras, Señor Largo en bajo y Gustavo Amirante tras los parches. Ese primer compacto fue producido por la banda y el Polaco Abramoswki. El ex Regreso del Coelacanto y actual Ovnitorrincos hecho un poco de luz sobre la química que mantienen Marquet y Cattaneo desde los 90 hasta hoy: “Naki es la poesía y Pato el pulso pop de la banda. En ese cruce hay muchos puntos en común, algunos de los cuales se fueron forjando y consolidando con el tiempo”.
Mientras ese disco tomaba forma y canciones como “Luba” o “Valentín” iban tomando preferencia entre el público unos oídos iban llegando a la música de Degradé. Saturados de los dogmas estilísticos y de género del rock and roll, una audiencia en su temprana adolescencia oscila entre las nuevas propuestas del Galpón Okupa, las ideas en gestación de Planeta X y la sensibilidad poética de Degradé. Esa misma audiencia seguiría el curso del grupo a través del tiempo, mientras crecía a la par de la evolución de una siempre cambiante.

– ¿Cómo se sienten al ser vistos como referentes?

Marquet: Me parece un honor. Es el otro el que te pone en ese lugar, siempre te define el otro. Vos podés creer un montón de cosas de vos mismo pero viene un pibe y te dice “Para mi eran la sensibilidad que faltaba en la escena”, y es un honor total. Es un honor que vengan chicos y nos digan “Crecí escuchando Agua”. Lo que se hace con amor y convicción de algún modo termina siendo referente de algo o de alguien porque es honestidad, es una honestidad que se ve.

– ¿Aprenden de los músicos jóvenes?

Cattaneo: A fondo. Bandas nuevas de gente más grande, Phoenix, que tuvieron mucho que ver con este disco. Sonidos más jóvenes.

Marquet: Jóvenes, Más jóvenes que nosotros, mucho. Cuando escuché la canción de Pablo Comas, “Paz”, corrí al piano a sacarla. Algo así, realmente, con un compositor más joven y de nuestra ciudad, no me había pasado muchas veces. Corrí a sacarla, necesito saber tocarla ya, cómo funciona, porqué es tan simple y tan hermosa, qué pasa con las partes. Todo eso. ¡Me despertó una admiración! Fui directamente corriendo. Un concepto claro a lo que apunta. Hace poco escuché “El tonel de las danaides” de Coiffeur, increíble.

– ¿No les parece que hay muchos músicos que en su momento seguían los recitales de Degradé y hoy no los reconocen como influencia o referencia?

Cattaneo: Escena de 24 Hour Party People (2002, Michael Winterbottom). Los Joy Division están en un auto escuchando lo que acaban de grabar. Alguien dice que Ian (Curtis) canta como Bowie, siendo Bowie referencia directa para la banda. ¿Qué dicen? Ese Bowie es un pelotudo, no me lo nombres (risas).

Marquet: ¿Degradé fue una banda importante para esa generación? Creo que sí. Algunos lo asumen, otros no, pero no lo dicen porque nombrar las influencias no se hace.

Cattaneo: Eso partió de nosotros (risas). Nosotros de pendejos íbamos a La Plata a tocar y nos decían “Suenan, re rosarinos”. Y nosotros era, que no, que nada que ver.

Marquet: Hubo casos de grupos que nos venían a ver siempre y luego se fueron. Nos robaron mucho, frases y hasta títulos de discos. Nos seguían a todos lados. Luego, cuando se van de la ciudad, empiezan a dar la cara en medios mainstream y les preguntan las influencias nombraban a cualquier otro.

Cattaneo: Tiene que ver con lo que se empezó a gestar en el 2000.  Toda la escena era un barco hundiéndose y el manotazo de ahogado se transformó en lobby. Había que tratar de entablar una onda, y si lo hacemos, hagámoslo con alguien que nos dé algo. Y Degradé lo único que dio fue canciones (risas). En un momento no servía hablar bien de nosotros por una cuestión lógica, hablar de otra gente te sirve más. Por suerte nosotros transitando el camino, más adelante, nos dimos cuenta que nada de eso sirve.

Marquet: También creo que estamos hablando de una cosa en particular con la movida indie, la que más nos debe y la que más nos niega. Ya llegará.

 

Texto – Lucas Canalda
Fotografías – Renzo Leonard

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